Redacción Internacional.- Este pasado domingo, el niño de 9 años Ezra Blount, tras pasar en coma casi dos semanas en el hospital, se convertía en la décima y más joven víctima mortal de la estampida durante el concierto de Travis Scott y Drake en el fatídico festival Astroworld en Houston, Texas, Estados Unidos. Es otra puntilla más a una de las tragedias recientes más dolorosas del mundo de la música. Una, además, que se podría haber evitado, tal y como entienden las 125 familias que han presentado una nueva demanda multimillonaria.
Ambos raperos, tanto el novio de Kylie Jenner, que se mostró «devastado» tras lo ocurrido, como Drake, quien para colmo se fue de fiesta y se gastó un millón de dólares en un club de striptease aquella misma noche, ha sido demandados junto a las compañías organizadoras Apple Music, Live Nation, Travis Cactus Jack Records, Epic Records y Tristar Sports & Entertainment Group, entre otras, por un montante total de 750 millones de dólares. Es decir, algo más de 660 millones de euros.
Una de las 125 familias que han presentado el escrito ante la justicia norteamericana es la de Axel Acosta, de 21 años, una de las víctimas mortales de la avalancha, que sufrió un paro cardíaco tras ser aplastado por la multitud, la cual era incitada a continuar el empuje, como se pudo ver en multitud de vídeos que se subieron en tiempo real a las redes sociales de algunos de los asistentes.
En los documentos presentados, el abogado Tony Buzbee alude a que tanto Scott como Drake, en calidad de estrella invitada, siguieron actuando a pesar de «los cuerpos sin vida que eran transportados entre el público y a la vista del escenario» (algo que contrasta con la versión de Scott, quien dijo que se enteró tras acabar el espectáculo, lo que a su vez contrasta con varios vídeos en los que se ve mirando fijamente dichos cuerpos mientras son llevados inertes a otra zona del festival).
Por tanto, califica Buzbee en un documento obtenido por la revista People, la muerte de Acosta fue «el resultado de una grave negligencia». «Cuando a Axel se le paró el corazón, siguió siendo pisoteado por quienes luchaban para evitar ser aplastados. Mientras yacía agonizante allí, bajo una masa de personas, la música siguió sonando durante casi 40 minutos», continúa el escrito.
«Axel Acosta adoraba a Travis Scott y a los otros artistas de Astroworld, pero el sentimiento no era mutuo. Como ha quedado demostrado, ni Travis Scott ni sus socios, ni los servicios de retransmisión, ni sellos discográficos, ni conductores, séquito, gerentes, agentes, promotores, organizadores o patrocinadores se preocuparon lo suficiente por Axel Acosta y por los demás asistentes al concierto como para hacer un esfuerzo mínimo para mantenerlos a salvo», afirma Buzbee en la demanda
En ella, asimismo, se añade que el presunto comportamiento de Scott «glorifica la violencia y otros comportamientos peligrosos», y para ello se agregan las publicaciones que hizo previamente el músico en sus redes sociales. De Drake, sin embargo, se dice que «sabía el daño que Travis ha ocasionado en shows anteriores y conocía sus ideas con respecto a incitar a la multitud. Era consciente de que podría pasar algo así en cualquier momento».
Además, la demanda, presentada en un tribunal de justicia de Texas, también incluye a los promotores de festivales Live Nation; al gigante tecnológico Apple, por retransmitir el concierto y beneficiarse económicamente de la tragedia; los sellos discográficos de Scott, Epic y Cactus Jack; los dueños del recinto, NRG Park de Houston; y las empresas que brindaban seguridad y servicios médicos, por no estar a la altura de las circunstancias.