¿Para qué sirve la Ley 63-17, si por omnímoda decisión presidencial se le va a mantener el régimen de inmunidad absoluta al terrible tigueraje choferil que no respeta ninguna norma de tránsito y vialidad; que no respeta nada ni a nadie (ni la decencia pública, ni el semáforo, ni al pasajero, ni al peatón, ni a la “autoridad”, ni a nadie que se atraviese en sus atropellantes rutas)? (Por tanto, le sugiero a Claudia Francesca de los Santos que compre suficiente estambre y agujetas y que en su oficina de esa cosa inútil llamada Intrant simplemente se dedique con sus amigas a hacer tru-tru).
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