ESTADOS UNIDOS.- El periodista de ESPN, Mike Coppinger, daba ayer la voz de alarma. Alguien del equipo de Tyson Fury había dado positivo en covid-19. Deontay Wilder hizo caso omiso y su entrenador Malik Scott comentaba que se trataría de una treta para ponerlos nerviosos, y ellos habían trabajado con total normalidad.
Ahora se ha confirmado el brote de coronavirus en el campamento de ‘Gypsy King’ y hasta el positivo del propio campeón, que está experimentando síntomas. El púgil de Mánchester no ha aclarado si ya estaba vacunado con la pauta completa, pero el mánager de Wilder, Shelly Finkel, ha estallado, asegurando que Fury no se ha puesto las dos dosis Pfizer, como ambos equipos habían acordado.
Según el periodista Dan Rafael, el primo y entrenador asistente de Fury, Andy Lee, y el peso pluma Isaac Lowe y el excampeón de peso pesado Joseph Parker también han dado positivo.
La pelea por el título mundial del peso pesado que estaba programada para el 24 de julio será pospuesta, y sobreviene un problema importante que es acomodar la velada a una nueva fecha.
Fox, con los derechos en EEUU, ya tiene un pago por visión en agosto con la pelea de Manny Pacquiao y Errol Spence (21 agosto), por lo que se habla de finales de septiembre u octubre, ya que no ven factible dos veladas tan costosas para los espectadores en fechas tan cercanas.
Cabe recordar que el juez que arbitró la disputa de la revancha entre Wilder y Fury, ordenó que la pelea debía ser antes del 15 de septiembre, aunque el mandato no sería un impedimento si ambos boxeadores están de acuerdo. Otro problema añadido sería no coincidir con el más que probable combate de Canelo Álvarez hacia mediados de septiembre.
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