Kiev.- Ucrania ha abierto un nuevo capítulo de la guerra asimétrica que lleva a cabo para contrarrestar la superioridad rusa en material y personal militar, con una serie de ataques exitosos contra refinerías dentro de Rusia que buscan reducir las exportaciones de crudo ruso y limitar el suministro de combustible a las tropas del Kremlin en el frente.
Según la publicación ucraniana especializada en asuntos militares Defense Express, Ucrania ha atacado con drones hasta 13 refinerías rusas situadas en distintas regiones del país en lo que va de año. La mayoría de estos ataques se han producido en las últimas semanas.
Estimaciones de especialistas del sector sitúan las pérdidas para Rusia como consecuencia de los ataques recientes en unos 600.000 barriles diarios, lo que podría suponer una disminución en los ingresos de la Federación Rusa por exportaciones de petróleo, que son clave para financiar su maquinaria de guerra.
La inteligencia militar ucraniana (GUR) es una de las agencias detrás de este tipo de ataques. Su portavoz, Andrí Yusov, declaró que los impactos han afectado tanto a infraestructuras de procesamiento como de almacenamiento.
“Cada uno de estos incidentes que ha interrumpido el funcionamiento de algunas infraestructuras en las últimas semanas o meses también ha interrumpido el ritmo del suministro de combustible y lubricantes de las fuerzas de ocupación (rusas) en Ucrania”, aseveró.
El portavoz del GUR aseguró que las explosiones en infraestructuras petroleras de la Federación Rusa forman parte de “un proceso en desarrollo y continuarán” en el futuro.
Dejar sin combustible a los blindados
“Ucrania tiene que luchar contra una maquinaria de guerra rusa que se alimenta de petróleo”, afirmó a EFE el experto militar y capitán retirado de la Marina de Guerra de Estados Unidos Gary Tabaj, que fue entre 2008 y 2011 representante de la OTAN en Moscú y sigue ahora desde Kiev el actual conflicto ruso-ucraniano.
El que fuera enlace de la OTAN con el Ministerio de Defensa ruso en Moscú subraya la dependencia del combustible de las unidades mecanizadas de cualquier ejército moderno.
Sin capacidades aéreas comparables a las rusas y con un número de lanzacohetes móviles estadounidenses HIMARS insuficientes para golpear las líneas enemigas de suministro, Ucrania ha tenido que recurrir a “formas más creativas” de combatir al enemigo en este campo, explica Tabaj.
Este militar retirado pone como ejemplo de la capacidad ucraniana de llevar a cabo este tipo de estrategia la campaña que le ha permitido retomar el control de parte de sus aguas del mar Negro con ataques con drones y misiles a la Flota rusa pese a carecer Ucrania de una flota militar propia.
Tabaj considera que mermar la capacidad de producción rusa de combustible puede ayudar a Ucrania a resistir y compensar los retrasos en el envío de ayuda militar de algunos de los principales aliados de Kiev, especialmente de EEUU.
Drones de fabricación propia
El principal medio para asestar estos golpes a las refinerías son, según los vídeos de las consecuencias de los ataques aparecidos en redes, los drones kamikaze ucranianos de fabricación propia ‘Liutí’.
Estos aparatos no tripulados demostraron su capacidad de alcanzar objetivos situados a un millar de kilómetros de distancia con el ataque del pasado 16 de marzo contra dos refinerías de la región rusa de Samara, a al menos 900 kilómetros de la frontera con Ucrania.
Los resultados que están demostrando estos drones -que están siendo utilizados también para atacar objetivos militares en Rusia y otros sectores estratégicos de la economía rusa- son el logro más palpable hasta el momento de los planes de Ucrania para redoblar la producción propia de armamento y reducir la dependencia del exterior.