El sacerdote, de 51 años, fue asesinado a balazos cuando salía de oficiar una eucaristía en un barrio popular de San Cristóbal de las Casas en octubre de 2024.
San Andrés Larráinzar (México).– Más de 20 mil personas marcharon este lunes en el estado de Chiapas, al sur de México, para exigir justicia por el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez Pérez, ocurrido hace un año.
La movilización también reclamó castigo para los autores intelectuales del crimen, aún no identificados, en un país marcado por la violencia estructural.
Con consignas como “¿Qué queremos? ¡Justicia para el padre Marcelo!” y “¡Marcelo vive, la lucha sigue!”, miembros de comunidades indígenas tzotzil, tzeltal, tojolabal y chol caminaron más de seis kilómetros hasta la plaza central de San Andrés Larráinzar, localidad natal del párroco y cercana a San Cristóbal de las Casas.
El padre Marcelo, de 51 años, fue asesinado a balazos en octubre de 2024 tras oficiar una misa en un barrio popular de San Cristóbal. La justicia condenó en agosto al autor material, Edgar “M.”, a 20 años de prisión, pero organizaciones eclesiásticas y civiles denuncian que el caso sigue incompleto.
“Hasta este momento se ha producido la detención del autor material (...), pero no se nos han proporcionado mayores detalles sobre los autores intelectuales”, declaró Miguel Ángel Montoya Moreno, vicario de Justicia y Paz de la Diócesis de San Cristóbal.
La diócesis sostiene que el asesinato del sacerdote no fue un acto aislado, sino un crimen político y estructural contra su labor de defensa de los derechos indígenas y su compromiso con la paz comunitaria.
Durante el acto, organizaciones como el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) y el Diálogo Nacional por la Paz rindieron homenaje al sacerdote asesinado, recordando su compromiso con la vida, dignidad y resistencia pacífica.
Los convocantes también denunciaron el creciente clima de violencia en Chiapas, especialmente en las regiones indígenas cercanas a la frontera con Guatemala. “Estamos viviendo tiempos de oscuridad (...), de guerra, genocidios y despojo de territorios”, expresó Guadalupe Lope, indígena tzotzil presente en la marcha.
En su mensaje, las organizaciones criticaron también la imposición de megaproyectos, como la supercarretera San Cristóbal–Palenque, sin consultas previas a los pueblos afectados. Señalaron además el aumento del narcotráfico, la venta de alcohol y la operación de laboratorios clandestinos en zonas rurales.
“La vida del padre Marcelo nos recuerda que la paz no se decreta: se construye con la verdad y se sostiene con la justicia”, afirmó el Diálogo Nacional por la Paz en un comunicado.
La demanda colectiva es que el nombre del padre Marcelo no se convierta en un símbolo de impunidad. Desde hace menos de dos años, al menos 13 personas vinculadas a la Iglesia católica han sido asesinadas en Chiapas por alzar la voz frente al poder del crimen organizado.