Un costoso congreso

SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Con todas las carencias que tiene nuestro pequeño país, da grima que el Congreso dominicano sea el cuarto más caro entre 20 países de la región de América Latina.

El ranking se dio a conocer en el informe anual del Centro de Investigación y Docencia Económica  de México, con relación a los Parlamentos de América Latina por cantidad de habitantes.  Es que nuestros legisladores le costarán a cada habitante en 2015, 13 dólares con 32 centavos, ó $586 pesos.

Con la excepción de Brasil, México y Argentina, que tienen Parlamentos con mayores presupuestos que el nuestro y son naciones con más de 200 millones de habitantes, 119 millones y 42 millones respectivamente y que cuentan las economías más grandes de América Latina, República Dominica tiene con un presupuesto de Congreso mayor que Colombia, Venezuela, Chile, Ecuador, Uruguay, Perú, Paraguay, Bolivia, Costa Rica y Panamá, por citar sólo 10 países de la región, todos estos también con economías más grandes que la nuestra.

A pesar de que cuando se analiza el salario fijo de los legisladores no son tan altos en comparación con sus homólogos de la región, lo que irrita a diversos sectores son sus beneficios complementarios, que también salen del bolsillo de los contribuyentes.  Hablamos de los fondos legislativos de hasta 87 mil pesos mensuales, utilizados con total discrecionalidad por los diputados y el barrilito del Senado que ronda entre los 420 mil y 900 mil pesos mensuales por senador dependiendo del tamaño de la provincia, entre otros beneficios adicionales, que incluyen sueldo 13 y 14, gastos de representación, incentivos por asistir a reuniones de comisiones de trabajo, etc.

Además, por qué tantos legisladores, si comparamos con Centroamérica, específicamente con 7 países: Belice, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Guatemala, Panamá y Nicaragua, el promedio de legisladores es 85 por país, mientras la matrícula nuestra es de 222 curules, incluyendo los senadores.

Con la excepción de Brasil, México  y Argentina, todos los demás países de América Latina que tienen poblaciones más altas que las nuestras cuentan con menos legisladores.

Este reporte es una alerta, un llamado a todo pulmón que nos debe llevar a hacer una introspección en favor de frutos más baratos y equitativos  a los salarios de los trabajadores, inmersos en una lucha por un ingreso mínimo  digno que pueda cubrir las necesidades más elementales.