Madrid.- El aumento de la temperatura de la superficie del mar ha ocasionado la pérdida del 14 % de las poblaciones de coral entre 2009 y 2018, el equivalente a 11.700 kilómetros cuadrados, según el informe «Estado de los arrecifes de coral del mundo: 2020».
El estudio, elaborado por la Red Mundial de Vigilancia de los Arrecifes Coralinos (GCRMN) y publicado este martes, atribuye esta pérdida a la decoloración del coral provocada por el aumento de las temperaturas superficiales del mar, «principal factor de su desaparición».
También asegura que muchos de los arrecifes de coral del mundo se mantienen «resilientes» y «pueden recuperarse si las condiciones lo permiten».
El estudio data la primera decoloración masiva de corales en 1998, cuando murieron alrededor del 8 % de la población mundial de estos organismos aunque posteriormente, hasta 2009, se recuperaron progresivamente los niveles anteriores a 1998.
Entre 2009 y 2018 los corales volvieron a experimentar una caída que esta vez provocó la pérdida del 14 % del total mundial; no obstante, «se ha observado cierta recuperación en 2019, cuando los arrecifes recuperaron un 2% de su cobertura de coral», aseguran los autores de este trabajo.
En la elaboración del estudio ha participado también la Iniciativa Internacional sobre los Arrecifes de Coral (ICRI) y el Instituto Australiano de Ciencias Marinas (AIMS), al frente de un grupo de más de 300 científicos que han recogido información de 40 años, procedente de 12.000 emplazamientos distribuidos por 73 países.
En una nota de prensa, el director ejecutivo de AIMS, Paul Hardisty, ha asegurado que se trata del «análisis más detallado hasta la fecha del estado de los arrecifes coralinos del mundo», y ha descrito sus conclusiones como «buenas y malas a la vez».
Desde 1978, año del que proceden los primeros datos recopilados, la población mundial de coral duro ha disminuido un 9 %, un indicador científico que revela el estado de salud del estos organismos vivos.
Coincidiendo con esa reducción, la cantidad de algas marinas, cuya proliferación es descrita como un «indicio ampliamente aceptado de estrés en los arrecifes», se ha incrementado un 20 % entre 2010 y 2019.
Esta transición equivale a una pérdida de biodiversidad como consecuencia de la simplificación del hábitat y según los responsables de estudio, «antes de este fenómeno, la proporción media en los arrecifes del mundo era del doble de coral que de algas».
Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), socio participante en la investigación, ha instado a actuar con urgencia para revertir las pérdidas de corales
La directora ejecutiva del PNUMA ha señalado que la COP26 de Glasgow y la Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad en Kunming representan dos oportunidades para «salvar nuestros arrecifes».