Unir los puntos, poner los elementos en un orden, sucesión o relación; develar la trayectoria. Ese era uno de los consejos de Steve Jobs a una audiencia compuesta por estudiantes universitarios. La trayectoria tiene importancia para comprender el sentido de los acontecimientos tanto como para establecer los probables modos de accionar en el porvenir inmediato.
Cuando uno une los puntos a lo largo de estos últimos doce meses de la administración del Presidente Danilo Medina puede distinguir cómo en el accionar cotidiano, en las “rutinas de gobierno” y en los hitos puntuales y significativos hay factores muy constantes: fortalecer o crear capacidades, fomentar la inclusión, esfuerzos dirigidos a superar brechas y deuda social acumulada, estimular la productividad y la producción, fortalecer o crear un régimen de garantías, propiciar que la gente tenga más opciones, proteger o desarrollar el ejercicio de derechos fundamentales.
Ese ha sido el sustrato de la actuación de esta administración a contrapelo de constreñimientos y condicionantes muy fuertes que son parte de la cultura política y la organización social de los dominicanos y dominicanas.
El gobierno de Danilo Medina ha sido, durante 2014 un ejercicio de gestión que ve la administración pública como fundamento de la cohesión y el desarrollo social, el desarrollo humano. Esta administración ha sido consecuente con la visión de que las capacidades y opciones de que dispongamos como sociedad serán las determinantes del desarrollo humano y el ejercicio de la libertad. Y en la base de este concepto está el principio de que la justicia, la equidad como equiparación de capacidades y opciones, constituyen el fundamento de la cohesión social.
Así, es fácil prever cómo seguirá siendo esta administración: un esfuerzo dedicado a la construcción de garantías, a hacer posible una sociedad de derechos.
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