REDACCIÓN.- A un hombre que le hayan cercenado sus genitales externos le cambia la vida para siempre. ¿Cómo un hombre puede vivir en lo adelante? ¿Cómo será su vida sexual? ¿Cómo hará sus necesidades fisiológicas?
El urólogo Pablo Mateo explica en El Despertador, que si el miembro viril no se puede volver a reestructurar, el hombre sufrirá un «desbalance hormonal», porque no generará testosterona y probablemente deberá usar suplementos para suplir esa necesidad de por vida.
Además, el hombre deberá orinar sentado, «porque ya no tiene uretra» y no podrá disfrutar jamás del acto sexual con su miembro viril.
Estas dudas surgen luego de que se diera a conocer el caso de una mujer que le mutiló el pene y los testículos a su pareja, mientras este estaba dormido.
Supuestamente, la pareja tenía todo planeado, a sabiendas del arma blanca bien afilada, y la cantidad y marca de alcohol que le iba a dar antes de cometer el hecho.