Quito. – Un muerto y cuatro heridos ha dejado, de forma preliminar, un motín en la noche del miércoles en la cárcel Regional de la ciudad costera de Guayaquil, ocurrido mientras en Ecuador rige un estado de excepción, informó este jueves el viceministro de Seguridad, Lyonel Calderón.
Aunque aseveró que la situación en ese centro penitenciario está bajo control, el funcionario aclaró en el canal Telemazonas que aún se debe esperar «que concluya la revisión completa de todo el centro penitenciario».
«No podemos decir, en este momento, que esto es todo lo que ha ocurrido, lo que sí podemos decir es que la situación está completamente controlada», recalcó.
Aparentemente los recluso protestaban por el trato que los militares les han dado durante la presencia de las Fuerzas Armadas dentro de la prisión.
A primera hora de este jueves, familiares de los reos apostados fuera de la cárcel portando globos blancos, exigían información sobre sus parientes y, como protesta, lanzaban agua contra los camiones militares presentes en la zona.
Calderón señaló que el «amotinamiento y su escalamiento ha sido reducido, completamente, en tiempo récord, poco más de 2 horas» y recordó que es «complejo» el control de las cárceles, que se lo debe realizar en varias etapas.
Apuntó que aún realizan investigaciones para determinar los responsables del motín del miércoles, sin especificar si las víctimas son presos o funcionarios de prisiones.
Consultado sobre si el motín pudo tener relación con hechos paralelos del miércoles, como el incendio de tres vehículos y una gasolinera en Guayaquil, entre otros, Calderón aseguró que se debe ver la situación en contexto.
«Son intentos desestabilizadores del Estado de Derecho, de la democracia, porque estamos a las vísperas de una consulta popular que pretende resolver los problemas de seguridad: extradición, incremento de penas para delitos graves», entre otros.
Dijo que en medio de un conflicto armado interno y «una lucha histórica en contra de la delincuencia organizada del narcoterrorismo», las acciones desplegadas «tienen como consecuencia actos desestabilizadores»
«No es una coincidencia que justo el día de hoy, que se van a realizar unos testimonios anticipados en un caso muy importante, comiencen a producirse estas situaciones. Estos hechos no son aislados, estamos a las vísperas de una consulta popular (21 de abril), que tiene como eje la atención a los problemas de seguridad que atraviesa el Estado ecuatoriano», reiteró.
Agregó que se ha diseñado ya un plan para que se refuerce en cada uno de los sitios donde habitualmente comienzan a replicarse motines y «está controlada la situación».
La Cárcel Regional de Guayaquil ha sido una de las más intervenidas por la Policía y las Fuerzas Armadas durante el estado de excepción, con recurrentes operativos para requisar armamento y objetivos prohibidos a la población penitenciaria.
De esta prisión se escapó entre finales de diciembre e inicios de enero del año anterior el narcotraficante José Adolfo Macías Villamar (‘Fito’), líder de la banda criminal Los Choneros, que cumplía una pena de 34 años de cárcel por narcotráfico, asociación ilícita y homicidio.
Hasta antes del inicio del estado de excepción Los Choneros, la banda criminal más grande y antigua de Ecuador, tenían el control sobre el interior del recinto carcelario, donde cobraban cupos a los presos por el tipo de celda que usaban y también por la alimentación, entre otros elementos de un amplio entramado de extorsión, según testigos.
Este recinto penitenciario forma parte del complejo carcelario de la provincia costera de Guayas, cuya capital es Guayaquil, donde existen cinco cárceles en los que hay unos 12,000 reclusos.
La Regional, denominada oficialmente por Centro de Rehabilitación Social Guayas Número 4, es la segunda cárcel más grande de Ecuador con unos 4,500 reos en su interior, sólo superada por la adyacente Penitenciaría del Litoral, con unos 5,500 reclusos.
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