El presidente Danilo Medina ha presentado una propuesta de Pacto Fiscal para que los diversos sectores de la sociedad dominicana puedan discutir ampliamente las medidas y los alcances de las ideas que tiene el Gobierno en torno a cómo enfrentar la actual realidad económica, con un déficit que sobrepasa el 6% del PIB, y así poder darle cumplimiento a todas las promesas electorales.
El presidente Medina se comprometió a darle el 4% a la educación preuniversitaria desde el 2013, a ampliar la salud y la protección social de las grandes mayorías, ampliar las farmacias populares, universalizar el seguro familiar de salud, incluir 200 mil nuevas familias en el programa solidaridad, ampliar la cantidad de dinero que se proporciona, apoyar múltiples programas de las Pymes y fortalecer el turismo y la agropecuaria.
Para desarrollar esos proyectos el Estado necesita recursos. Hay dos formas de conseguirlos: a través de préstamos o de aumentar la presión tributaria. En estos tiempos y fruto de la realidad de nuestra economía, los préstamos ya no son una opción conveniente, pues si seguimos esa ruta se podría afectar la estabilidad macroecómica que, a final de cuentas, es el elemento principal que debe mantenerse. Entonces, no hay otra salida que propiciar una reforma tributaria dentro de una visión de Pacto Fiscal.
Es un pacto fiscal para progresar, no para retroceder. En ese orden, las medidas que se han planteado buscan ampliar la progresividad del sistema tributario, es decir, que le dé mayor calidad al gasto del Gobierno, que amplíe la base impositiva, que modifique algunas tasas, que incorpore medidas a favor de cuidar el medio ambiente y que promueva la formalización de la economía. El paquete de medidas de orden tributario que presentó el gobierno el pasado jueves tiene aspectos positivos en muchos casos. El aumentar las tasas impositivas a las bebidas alcohólicas en general, al tabaco y los cigarrillos, a los beneficios de los juegos de azar, a los vehículos de lujo a través del derecho a circulación, a las tierras baldías y a la propiedad suntuaria, son medidas que van en la línea correcta.
La propuesta de incrementar dos puntos porcentuales al ITBIS y ampliar su base debe ser sopesada con más calma, así como el hecho de querer ponerle un impuesto de 10% a los intereses de los ahorros. Estas medidas dan un mensaje equivocado y podría generar desconfianza y provocar una dolarización de los ahorros o una fuga de dinero, que afectaría la tasa de cambio. Lo bueno es que el presidente Medina ha dicho que esta propuesta de Pacto Fiscal no es una imposición a la sociedad, sino un punto de partida para la discusión amplia, democrática y abierta. Estamos seguros que de esa discusión saldrá un pacto para avanzar y consolidar la economía.