En un mundo saturado de información y desinformación, el periodismo sigue siendo el oficio de buscar la verdad, cueste lo que cueste.
Cada 8 de septiembre, el mundo rinde homenaje a una de las profesiones más esenciales y a la vez más desafiantes: el periodismo. En tiempos de sobreinformación, noticias falsas y cambios tecnológicos vertiginosos, ser periodista es más que un oficio: es un compromiso con la verdad, la sociedad y la historia.
La fecha no es casual. El Día Internacional del Periodista conmemora el asesinato del periodista checo Julius Fučík, ejecutado por los nazis en 1943 por su labor en la resistencia y por documentar, hasta el final, los horrores que presenció.
Su obra Reportaje al pie de la horca es considerada un testimonio valiente de lo que significa informar con convicción, incluso cuando la vida está en juego.
Fučík no es un caso aislado. Cada año, decenas de periodistas pierden la vida por ejercer su labor. Según datos de Reporteros Sin Fronteras, solo en el último año más de 60 periodistas fueron asesinados y cientos encarcelados por ejercer su derecho a informar.
El periodista del siglo XXI ya no escribe solo para papel. Redes sociales, plataformas digitales y podcasts han transformado la forma en que se produce y consume la información.
Detrás de cada nota, crónica o reportaje, hay horas de investigación, contraste de fuentes, presión por los tiempos de entrega y, en muchos casos, riesgos físicos o emocionales. Ser periodista hoy implica adaptarse, aprender constantemente y mantener la ética como brújula.
|- El primer periódico de la historia, “Acta Diurna”, se publicó en Roma en el año 59 a.C.
|- En Japón, algunos periodistas son considerados tesoros nacionales vivos por su trayectoria y aporte a la democracia.
|- El periodismo de datos es una de las ramas más emergentes y combina la narración periodística con análisis estadístico y visualización.
|- Según estudios recientes, el 70% de los periodistas dice haber recibido amenazas digitales en el último año.
El Día Internacional del Periodista no solo reconoce la labor de quienes informan. También invita a reflexionar sobre la importancia de un periodismo libre, responsable y plural. En tiempos donde la desinformación circula con más velocidad que los hechos, el periodista sigue siendo un faro en medio del ruido.
Y mientras haya historias que contar, injusticias que denunciar y preguntas que nadie se atreve a hacer, habrá periodistas dispuestos a alzar la voz, pluma en mano, cámara en hombro o micrófono en mano.