MOSCÚ.- Rostros hinchados, uno sin oreja, otro en silla de ruedas. Así fueron presentados ante el tribunal de Moscú los cuatro sospechosos de haber ocasionado la muerte de más de 130 personas y casi dos centenares de heridos en un atentado terrorista en la capital rusa.
A Saidakrami Murodalii Rachabalizoda y Dalerdjon Barotovich Mirzoyev Shamsidin Fariduni y Muhammadsobir Fayzov -los nombres divulgados por Tass- se ordenó prisión preventiva hasta mayo.
La relatora de la ONU sobre derechos humanos en Rusia, Mariana Katzarova, y su homólogo en lucha antiterrorista, Ben Saul, mostraron preocupación por la posible tortura a los sospechosos del reciente atentado en las afueras de Moscú y aseguraron que ésta podría comprometer la investigación.
«Algunos de los sospechosos parecen haber sido gravemente maltratados bajo custodia, y Rusia debe investigar las alegaciones de tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes», señalaron este lunes los dos expertos en un comunicado donde también condenaron el atentado del viernes en el Crocus City Hall, en las proximidades de Moscu, en el que murieron al menos 137 personas y 182 resultaron heridas y se atribuyó el Estado Islámico (EI).
«La tortura pone en peligro la garantía de un juicio justo y frustra la obtención de justicia por parte de las víctimas de terrorismo», aseguraron Saul y Katzarova.
Agregaron que todo sospechoso tiene derecho a ser juzgado por un tribunal independiente e imparcial, y a ser tratado con humanidad durante su detención.
Subrayaron además que Rusia deberá investigar si las autoridades tomaron «todas las medidas necesarias» para evitar el ataque terrorista en la localidad de Krasnogorsk, en caso de que recibieran con anterioridad evidencias creíbles de que una acción de ese tipo iba a producirse de forma inminente.
Añadieron que el atentado debe ser investigado «en línea con la ley internacional, procesando a sus perpetradores y a quienes lo ordenaron, con el fin de garantizar justicia para las víctimas». EFE