Urgente: Salcedo y las apuestas por la violencia

Tony Pérez.

Si sirvieron como espacio para la reflexión en aras de un cambio de métodos de lucha social, bienvenidas sean la misa y la posterior marcha realizadas el fin de semana en el municipio de Salcedo, capital de la provincia Hermanas Mirabal, con motivo del novenario de los tres muertos y al menos una docena de heridos durante las protestas recientes.

Porque lo que menos necesita ese pueblo del nordeste, le ha llovido a cántaro en estos días: agitación mediática sin reparo, descontextualización intencional, solidaridades politiqueras, protagonismos vergonzosos y acusaciones oportunistas.

La derivación alegre de las culpas de los crímenes hacia dirigentes del oficialista Partido de la Liberación Dominicana, como el senador Luis René Rojas Canaán y el funcionario de Salud Pública, Juan Eligio Abreu, no sería tan peligrosa si se agotara en el común despecho electoral propio de la política del patio o por el afán de “quemar nombres” de cara al nuevo gabinete del Gobierno. Por lo que enseñan los antecedentes, con el enfriamiento natural de los hechos, la situación se resolvería con dos perdones y un champán.

Pero resulta que la insistencia en las imputaciones por parte de líderes opositores y sus repetidores mediáticos, al calor de las pugnas y el olor a sangre fresca de los asesinados, podría despertar el instinto asesino de rufianes o personas interesadas en agitar la ya rebosante coctelera salcedense. ¿Quién descarta que éstos re-signifiquen tales acusaciones como un llamado a aplicar el  “ojo por ojo, diente por diente” no solo a los dirigentes mencionados sino a sus familiares?

Quienes juegan esa lotería son amos de los desaguisados y las sinrazones. De tan insensibles, ni idea tienen del bumerán que manipulan. Si por pura carambola se sacan el premio, quizás no puedan disfrutarlo debido a las consecuencias nefastas que sobrevendrían.

Y esa no es una apuesta a la paz sino al incremento de la violencia. Imperdonable en tanto está fundamentada en el uso abusivo del liderazgo frente a una comunidad en gran parte imposibilitada para entender intenciones ocultas.

Salcedo tiene, paradójicamente, una hermosa oportunidad de cambiar los conflictos con saldos trágicos de “hijos de Machepa” por soluciones que tiendan al bienestar general de la comunidad. El agitar con sabor a hiel de los últimos días brinda el escenario.

El Gobierno de Danilo Medina que iniciará el 16 de agosto está compelido a cambiar la mirada asistencialista que hasta ahora ha predominado en el Estado. Debería comenzar por empoderar a ese pueblito cibaeño; a la frontera: desde Pedernales hasta Montecristi; al sur completo, al país. Porque las comunidades dominicanas deberían ser “arquitectas de su propio destino”, jamás marionetas de políticos trasnochados.

El Partido Revolucionario Dominicano, la izquierda, toda la oposición, aún resbalan de manera terca sobre el lodo que les ha impedido hacerse con el favor del pueblo. Parece que algo anda muy mal en términos de tácticas y estrategias. Hasta ahora, gastan su tiempo en críticas destructivas y descalificaciones irracionales.

A esa gente no le haría mal experimentar con proyectos de alfabetización de cuanto ser humano deambule por ahí encarcelado en la ignorancia; esforzarse para ayudar a declarar en las oficialías civiles a los miles de “muertos civiles” que pululan en el territorio nacional; invertir del dinero de las protestas en la construcción de casitas dignas para los hacinados, o escuelas donde sus más enconados agitadores asuman el compromiso de facilitadores en cursos técnicos que abran las puertas de la esperanza a los jóvenes; impartir charlas sobre el peligro del consumo y tráfico de drogas y el espinoso camino de la delincuencia; o sobre prevención de enfermedades de transmisión sexual…

Esa es la mejor revolución, la que reclama la gente de hoy. Sin tirar un tiro, sin violencia, construyendo bienestar general, jamás zozobra, jamás abonando un espacio ya insufrible.

tonypedernales@yahoo.com.ar