REDACCIÓN.- El dispendio o cualquier modalidad de uso indebido de los fondos públicos, vale decir el dinero que aporta cada contribuyente que paga , es una práctica injustificada, no importa que argumentos ofrezcan para tratar de darle legitimitidad.
Esta semana revelamos cifras millonarias alarmantes: 150 millones de pesos entregados a legisladores, alcaldes y gobernadoras provinciales, entre otros, para distribuirlos el día de las madres.
Con toda razón, Participación Ciudadana ha calificado como una práctica “clientelista” la forma en que se usaron esos recursos para su reparto en forma de bonos, sin que se haya transparentado la efectividad en la entrega a cada una de las beneficiarias.
Las madres dominicanas, especialmente aquellas de precarios medios económicos, son merecedoras de ayuda y protección, pero hay otras vías y formas y en ningún caso corresponde a los congresistas esa reparticion, porque hay organismos oficiales encargados por ley, de realizar dicha labor asistencia social.
El Gobierno debe enfocarse en lugar de dádivas, en garantizar que las madres tengan acceso a productos de primera necesidad a precios asequibles, y sobre todo crear fuentes de empleos.
En un país con tantas carencias y necesidades, disponer de fondos millonarios para este tipo de prácticas clientelares es una verdadera barbaridad.
Por cierto, solo los congresistas recibieron 50 millones de los 150 y esto no incluye otros cuantiosos recursos que también repartieron para la ocasión como electrodomésticos facilitados por el Plan Social de la Presidencia.
Ojalá que este tipo de distorsiones que tanto daño causa a la institucionalidad del país sea descontinuada en el futuro como una muestra de respeto y manejo escrupuloso de los fondos públicos.