Aparentemente y también felizmente ha terminado la etapa de la escasez de vacunas para nuestro país. En cuestión de días contaremos con tres marcas diferentes y el días después de que el canciller norteamericano anunció en Costa Rica que pronto repartirán parte de sus sobrantes al tercer mundo, el presidente Abinader conversó con Xi Jinping, el jefe de Estado de China, para agradecerle que haya autorizado la exportación de vacunas Sinovac a nuestro país.
Ahora entramos en la etapa de lograr que un 70% de nuestros adultos se vacunen para así llegar a la inmunidad de rebaño. Hoy en día apenas algo más de un 20% de nuestros adultos ha recibido las dos dosis y un 40% una sola. Para lograr llegar a ese 70% se requiere tanto estímulos como medidas de coerción.
Entre los estímulos se podría copiar lo que están haciendo en California de entregar a los vacunados un billete de la lotería. Aunque en nuestro país la Lotería Nacional está muy desprestigiada, tal vez este gesto le ayudaría a recuperar su imagen. También en Estados Unidos algunas cadenas de supermercados están regalando cupones que permiten al vacunado adquirir bienes gratuitamente en esa cadena. Ya en nuestro país parece que algunas empresas de Internet están ofreciendo créditos contra el pago de sus servicios. Instituciones como la Cervecería Nacional Dominicana, cuyo precio de venta ha tenido que subir debido al incremento mundial en el precio de la cebada, bien podría ofrecer cupones por una cerveza a cada persona que de ahora en adelante se vacune. Estos gastos son deducibles del impuesto sobre la renta para el sector privado y crearían un ambiente positivo para la imagen de sus productos pues la población se daría cuenta que está ayudando a enfrentar esta tragedia que es a nivel mundial.
Pero también se pueden tomar medidas de coerción. Ya en el 2014 nuestro Tribunal Constitucional en un caso de anti doping para evidenciar que una persona no está consumiendo drogas, determinó la validez de desvincular a empleados que rehúsen hacerse esa prueba. Si ahora desvinculamos a personas por no vacunarse, es indudable que el caso también iría al Tribunal Constitucional, pero también es probable que en lo que ese tribunal dicta su sentencia ya la pandemia habrá terminado. Consecuentemente, tanto el sector público como el privado dominicano podrían exigir la inoculación so pena de desvinculación. Sin tener que llegar a esos extremos una empresa privada puede determinar y anunciar previamente que cuando llegue el momento del aumento de sueldo, que no lo otorgará a aquellos que no se hayan vacunado, pues con su actitud pusieron en riesgo la salud de todos sus compañeros, además de la de ellos mismos. En el sector público el gobierno puede obligar a los integrantes de las fuerzas armadas a vacunarse, so pena de ser separados y eso mismo podría ocurrir en ministerios de muchos empleados como el de obras públicas. El actual gobierno recibió una nómina excesiva que incluyó las llamadas “nominillas”. Se puede aprovechar el requerimiento de la vacunación para reducirlas.
Pero no será fácil llegar al 70%. Israel, Chile, Inglaterra, Aruba y Curacao es probable que ya hayan llegado a la inmunidad de rebaño, pues un 100% de su población fue inyectada por lo menos con una dosis. Estados Unidos, Uruguay, Canadá y Alemania están cerca, aunque las estadísticas se refieren a los que han sido vacunados por lo menos una vez. Entre los más atrasados están Venezuela, Cuba, Jamaica y México, siendo estos dos últimos competidores nuestros en turismo.
En la República Dominicana un 40% de la población se ha vacunado por lo menos una vez, pero tan solo un 20% las dos veces que requiere la vacuna china. El camino es largo pero necesario y requiere la cooperación de todos. Una publicidad masiva adecuada ayudaría mucho.