Quito.- La nueva revuelta ocurrida en la madrugada de este domingo en la cárcel de Cuenca, en el sur de Ecuador, dejó un número de muertos y heridos aún no especificado por las autoridades ecuatorianas, que han movilizado a 800 policías y militares para recuperar el control de la prisión.
La existencia de cadáveres y de heridos fue confirmada en un comunicado de la Secretaría de Derechos Humanos, que ha movilizado ataúdes y ha facilitado atención médica para los heridos y atención psicológica para los familiares de los presos en los exteriores del centro penitenciario conocido como El Turi.
Los violentos hechos comenzaron en torno a la 01.30 hora local (06.30 GMT) en circunstancias aún no esclarecidas por las autoridades y en medio de detonaciones y disparos, según se pudo escuchar desde los exteriores de la cárcel en grabaciones difundidas en redes sociales.
A los exteriores de la cárcel se han desplazado los ministros de Interior, Patricio Carrillo, y de Defensa, Luis Hernández; la secretaria de Derechos Humanos, Bernarda Ordóñez, y el director del Servicio Nacional de Personas Adultas Privadas de Libertad (SNAI), Pablo Ramírez, para coordinar las acciones de emergencia.
Esta revuelta es parte de la crisis carcelaria que vive Ecuador desde el año pasado, cuando murieron 316 presos en violentos enfrentamientos entre bandas rivales que se disputan el control de los centros penitenciarios.
En la misma prisión de El Turi, a las afueras de Cuenca, capital de la provincia de Azuay, fueron masacrados 33 presos el 23 de febrero de 2021, la mayoría decapitados y desmembrados en un ataque entre bandas rivales coordinado simultáneamente en varias cárceles que dejó 78 fallecidos en todo el país.
En un reciente informe, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emplazó al Estado ecuatoriano a recuperar el control de sus prisiones y no abusar de la prisión provisional, pues el 40 % de los más de 36.000 presos que tenía Ecuador a finales de 2021 no contaba con una sentencia.