Viena.- La movilización de reservistas decretada por el Kremlin acarrea una «sangría» de mano de obra que agravará «enormemente» la crisis económica de Rusia, vaticinó este miércoles el Instituto de Viena para Estudios Económicos Internacionales (wiiw).
Al mismo tiempo, en sus «Pronósticos de otoño», el wiiw señala que Rusia ha conseguido, en buena parte gracias a la fuerte subida de los precios del gas y del petróleo que exporta, frenar el impacto de las severas sanciones impuestas por Occidente por su invasión de Ucrania.
El hecho de que Moscú haya podido compensar parcialmente la caída de las exportaciones a Europa aumentando los suministros a Asia, ha contribuido asimismo a reducir los daños a su economía.
Así las cosas, el instituto corrigió al alza su pronóstico para Rusia, al estimar que la economía del gigante euroasiático se contraerá este año en un 3,5 %, lo que supone la mitad del descenso del 7 % estimado hace seis meses.
Para 2003, el instituto prevé una nueva contracción del 3 % del producto interior bruto (PIB) ruso.
«El año que viene, las consecuencias del embargo petrolero de la UE, el déficit de las exportaciones de gas a Europa y el embargo de alta tecnología de Occidente tendrán un mayor impacto», asegura Vasily Astrov, economista del wiiw, en un comunicado.
«Desde el punto de vista económico, las sanciones están surtiendo efecto, aunque a un ritmo más lento de lo que muchos esperaban», explica.
Eso sí, el wiiw considera que la economía rusa sufrirá un golpe adicional en 2023 debido a la decisión decretada el pasado día 21 por el presidente del país, Vladímir Putin, de movilizar a 300.000 ciudadanos varones para frenar el avance de la ofensiva ucraniana.
«La movilización es un punto de inflexión que agravará enormemente la crisis», afirma Astrov.
«Cientos de miles de hombres bien formados serán reclutados, o bien ya han huido del país. Para la economía se trata de una sangría con consecuencias a largo plazo», añade el experto especializado en la economía rusa. E