Ayer, a más de 200 kilómetros hacia el Este de la Capital, en un lugar llamado Bávaro, siendo más o menos las 12 del día, a 522 años de que aquel señor tuviera la alocada ocurrencia de venir a descubrir lo que ya estaba descubierto, lo cual después deviniera en el secreto mejor guardado del Caribe; pasados más de 50 de que empezaran a huir despavoridas las cotorras, certifico haber visto, picando flores, un Barrancolí o Picaflor, pajarito en pleno tránsito hacia el recuerdo. De todo lo cual doy fe y remito a los interesados a hacer las necesarias averiguaciones, para ver si tuve o no una alucinación.