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27 Abril 2024

“Ver la moneda por las dos caras”

Fe y Vida

Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Es muy difícil explicar cuál es la razón que a nosotros nos ha tocado tener el mejor lado de la vida, ropa, comida, un techo donde vivir, un trabajo, una escuela donde los hijos puedan estudiar y muchas otras cosas más, mientras hay en el mundo personas que teniendo igual derecho al que tenemos nosotros, mueren de pobreza, desnutrición, tienen un gran grado de analfabetismo, e infinidad de cosas menos que nosotros. Viven en una situación en la cual nunca yo me quisiera ver, ni ver a los míos.

Hay un refrán que dice: “Mientras unos mueren de indigestión, hay otros que mueren de hambre”. Mientras a nosotros nos sobra la comida y tenemos más de lo que realmente necesitamos, hay otros seres en el mundo que no tienen que comer ni tampoco lo indispensable para vivir, y infinidad de ocasiones los que tenemos un poco nos volvemos indolentes ante la necesidad de aquellos que nada tienen, y muchas veces somos hasta mal agradecidos, nos creemos que todo lo que tenemos no los merecemos.

Y no hay que ir muy lejos, si miramos a nuestro alrededor, en nuestros vecindarios, en los barrios que nos rodean, y en las esquinas de nuestra ciudad encontramos muchos de los cuales mientras que nosotros y los nuestros tenemos mucho que comer, ellos solo comen lo que pueden tener.

Hay una gran diferencia, porque mientras la niña que tiene la misma edad y con los mismos derechos, a ella le toca trabajar, mientras nuestros hijos juegan, estudian y de nada se tienen que preocupar. Mientras muchos de nuestros hijos dicen que ya no quieren, hay otros que quieren…y nada tienen.

En muchas ocasiones nuestros hijos se enferman por comer demasiado, mientras hay otros que viven enfermos por no tener nada que comer. Pensemos que mientras nuestros hijos tienen su futuro asegurado, ahora en la primaria y más tarde en la universidad, hay otros niños en el mundo que no pueden aprender nada, porque no tienen escuelas donde ir.

Nuestros hijos gozan de las mejores oportunidades y de grandes privilegios, mientras que a otros les corresponde estar en condiciones inadecuadas, y hacer grandes esfuerzos. Les damos a nuestros hijos las mejores habitaciones, llenas de juguetes u juegos, y nos olvidamos de enseñarle valores y sobre todo a valorar los privilegios que tienen. Nuestros hijos prueban lo que quieren, mientras hay otros que comparten lo único que tienen.

Nosotros y los nuestros vivimos bien y disfrutamos, mientras que hay muchos que tan solo tienen la esperanza de vivir un día más, y como todo niño, quisieran dedicar su tiempo libre a jugar, pero es muy diferente su realidad, muchísimos tienen que trabajar y otros deambulan por las calles en busca de algo que comer.

Por ese motivo, y muchísimos más, tengo que darle muchas gracias a Dios que estoy muy lleno de privilegios que a veces ni me los merezco, y que a mis hijos no les ha tocado vivir en un mundo lleno de privaciones.

Amigo que en estos momentos que me estás leyendo, en la comodidad de tu hogar, sin nada que te moleste, en este mismo instante hay otros niños, y otras madres que viven una historia diferente, muy llena de miserias, y nos están diciendo a ti y a mí: “Entiende que a ti te tocó…la otra cara de la moneda”.

Recuerda siempre que nosotros vivimos muy preocupados para que nuestros hijos no se ensucien sus ropa y sus zapatos jugando, mientras hay otros niños que no tienen ropa ni zapatos que ponerse y que solamente tienen un lugar fétido, sucio y contaminado para jugar, y sus padres viven sin ninguna de las comodidades que tenemos nosotros, en muchas ocasiones viven infrahumanamente recordemos que: “A ellos les tocó…la otra cara de la moneda”.

Tenemos mucho que agradecer y muy poco que pedir.

Termino con el Versículo 25 del Capítulo 18 del Eclesiástico que dice: “Cuando te halles en la abundancia, acuérdate de los días de escasez. Cuando seas rico, piensa en la pobreza y en la miseria”.

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

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