Los habitantes del planeta tierra están preocupados por las grandes catástrofes naturales que se han producido en los últimos meses en países como Chile, Nepal, China y la india. En otros lugares, se padece hambrunas, plagas, guerras, y algunos han sido afectados por tsunamis inundaciones y sequías que son señales antes del fin de los tiempos.
Las Sagradas Escrituras, en Mateo 24:5-8 nos da importantes pistas para que podamos discernir la aproximación del fin de los tiempos.
Jesús dijo: “Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo; Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores.” Un incremento en falsos Mesías, en guerras, en hambrunas, plagas y desastres naturales, estos acontecimientos son “señales” del fin de los tiempos.
Muchos intérpretes señalan cada terremoto, cada agitación política, y cada ataque sobre Israel como una señal segura de que el fin de los tiempos se acerca rápidamente. Mientras que estos eventos son señales de que el fin de los tiempos se aproxima, no son necesariamente indicadores de que el final ha llegado.
El apóstol Pablo advierte que en los últimos días habrá un marcado incremento de falsas enseñanzas. “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.” (1 Timoteo 4:1). Los últimos días son descritos como “tiempos peligrosos” por el incremento en el carácter maligno del hombre y la gente que conscientemente “resistirán la verdad” (2 Timoteo 3:1-9; 4:3-4, ver también 2 Tesalonicenses 2:3).
Con estas señales en mente, podemos ser sabios y discernir al considerar la expectación del fin de los tiempos. Sin embargo, no debemos de ninguna manera interpretar ninguno de estos eventos singulares como una clara indicación de la pronta llegada del fin. Dios nos ha dado suficiente información para que podamos estar preparados, pero no la suficiente para que podamos volvernos arrogantes.
En los últimos días hemos sido testigos, a través de los medios de comunicación, de cómo uno de los volcanes más peligrosos de Chile entró recientemente en erupción por primera vez después de 42 años y como la República Federal Democrática de Nepal sufría uno de los peores terremotos de los últimos 80 años. La corteza terrestre parece estar teniendo un inusual comportamiento, causando preocupación a la humanidad.
Pero el número de erupciones volcánicas que se están dando en todas partes del mundo es muy superior al de un solo año en el siglo XX. Es un hecho que nuestro frágil planeta parece ser cada vez más inestable, y millones de personas en todo el mundo podrían encontrarse ante situaciones jamás registradas.
No importa qué tan avanzada sea nuestra tecnología, la verdad es que estamos a merced de las fuerzas de la naturaleza, y lo que ha pasado en Chile y en Nepal pueden ser señales de que algo mucho peor está por venir. Para algunas personas todos estos inusuales fenómenos son señales del fin de los tiempos, para otros son advertencias de algún tipo de catástrofe mucho mayor.
El número de erupciones volcánicas en todo el mundo es cada vez mayor. En 2013, fuimos testigos del aumento de erupciones volcánicas en todo el mundo, y 2015 está apunto de batir todos los records. En todo el planeta, volcanes que han estado mucho tiempo inactivos están despertando, un enigmático fenómeno que está desconcertando a muchos científicos. Afortunadamente, la mayoría de las erupciones en los últimos años han sido relativamente pequeñas sin peligro para la población, pero después de que el volcán Calbuco de Chile entrara en erupción recientemente, todo podría cambiar.
Son muchas las personas que creen que una gigantesca y peligrosa bola celeste conocida como Nibiru, se está dirigiendo hacia el planeta Tierra, con lo cual su acercamiento está generando una serie de catástrofes globales. En la actualidad, este planeta errante es conocido por el nombre de Planeta X.
Las civilizaciones antiguas advirtieron que el Planeta X regresaría en el futuro, convirtiéndose en una auténtica pesadilla para cualquier ser viviente de la Tierra. Las consecuencias de este acercamiento lo experimentamos con cada vez más terremotos destructivos, más erupciones volcánicas, huracanes, tornados, lluvias torrenciales, inundaciones catastróficas, sequías históricas, misteriosos agujeros, tsunamis y mucho más, además de intensas llamaradas solares, asteroides y otros objetos cósmicos que complicaran el poder vivir tranquilamente en la Tierra.
Y para los creyentes en las profecías bíblicas, como ya citamos, los últimos cataclismos globales son una señal de la llegada del Apocalipsis, y retomando el pasaje bíblico de Mateo 24:7, Cristo dice lo siguiente: “Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.”
Al parecer el capítulo demostraría que los últimos terremotos son “signos” del inminente regreso de Cristo y el fin de los tiempos.
Sin embargo, es todavía más contundente lo que se revela en el capítulo 24 del libro de Isaías, en los versículos 1, del 3 al 6 que dice: ”He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir a sus moradores. La tierra será enteramente vaciada, y completamente saqueada; porque Jehová ha pronunciado esta palabra. Se destruyó, cayó la tierra; enfermo cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra. Y la tierra se contamino bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno. Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados; por esa causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres”.
Pero se cual sea el verdadero motivo, los que sobrevivan a tales catástrofes inimaginables, posiblemente el 10 por ciento de la población, entonces se enfrentarán al reto de cómo vivir sin electricidad, sin tiendas de comestibles, sin gasolina y sin las comodidades de una casa a la que estamos acostumbrados.
Pero aparte de cual sea el origen, si continúa el aumento de eventos catastróficos naturales, esto significará que es sólo el comienzo de muchas tragedias. Nuestro modo de vida depende de un planeta estable, y parece ser que así ha sido durante largos años. Sin embargo, todo parece estar cambiando y por desgracia las erupciones volcánicas y terremotos como los sucedidos recientemente están siendo mucho más comunes de lo esperado.
Entonces, ¿qué crees que está causando todas estas catástrofes? ¿El inminente advenimiento de Cristo? ¿El acercamiento de Nibiru? ¿O Señales del fin de los tiempos?
“Velad, pues, en todo tiempo orando que seais tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre” (Lucas 21:36).