Vía Contraria: Reforma para ganar

Ahora que el fantasma de la involución laboral planea como un “obsceno pájaro de la noche” sobre los cielos de la República Dominicana, me ha dado por pensar en ecuaciones para la empresa eficiente. Antes, he de pedir perdón a José Donoso por la copia vulgar y despiadada de su título.

Pero, es que no puede ser más impúdico y tenebroso cualquier intento de “modernizar” el aparato productivo estableciendo una base legal que atente contra el alma de la empresa: los trabajadores. O tomando decisiones que se inscriban contra la productividad.

No olvido un pegajoso slogan del desaparecido periódico El Siglo –publicación que recuerdo con nostalgia y de la cual fui subdirector- : “Para saberlo todo en menos tiempo”. La consigna fue la evolución de otra que decía: “Un periódico para nuestros tiempos.”

El primero aludía a la productividad y reconocía el valor intrínseco del tiempo; la segunda, a la modernidad sin sustancia, a la etiqueta de pasarela. Quizás por eso fue derribada.

Aquí hay una prédica cotidiana, un evangelio de la empresa moderna, con la última tecnología, el culto a la calidad (que es muy bueno), el crecimiento exponencial de las ventas y el orgullo de estar a la altura de sus pares en cualquier país.

Esto, a mi juicio, no debería ser revertido con una contrarreforma, pues todos los atributos antes señalados no serían posibles sin la creatividad, la energía y la entrega de los trabajadores. La consigna de la reforma debería ser “producir riquezas en menos tiempo, a menor costo y cuidando el capital humano como la mejor inversión.”

Hagamos, pues, una reforma laboral que mejore las condiciones del capital humano. Empeorarlas, bajo el alegato de unos costos, que deberíamos focalizar con amplitud de miras –más allá de la nómina-  sería algo destructivo, un bumerán. La fórmula debe ser ganar-ganar.  (Síganme en twitter: @viktorbautista y en Instragram: viktorbautista).

 

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