El Ministerio Público vincula el asesinato, ocurrido en octubre de 2017, con los supuestos actos de corrupción administrativa ocurridos en la entidad gubernamental de transporte que era dirigida por Rivas desde agosto de 2012.
El Ministerio Público vincula el asesinato, ocurrido en octubre de 2017, con los supuestos actos de corrupción administrativa ocurridos en la entidad gubernamental de transporte que era dirigida por Rivas desde agosto de 2012.
Por: Sandy Cuevas
SANTO DOMINGO.- A casi cinco años del asesinato del abogado
Yuniol Ramírez, el juicio de fondo a los acusados de su muerte como del entramado de corrupción en el caso de la Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses
(OMSA) se encuentra en su etapa final.
Tras escuchar las conclusiones de
Argenis Ramírez principal acusado en el asesinado de
Yuniol Ramírez las juezas del Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional Claribel Nivar Arias, Yissel Soto y Clara Sobeida Castillo, deberán decidir si los detenidos serán condenados o absuelto del proceso.
La Fiscalía solicitó de 30 años para
Argenis Contreras, y de 20 años para el exdirector de la
OMSA,
Manuel Rivas, Faustino Rosario, Víctor Ravelo Campos y José Antonio Mercado Blanco y cinco años para Jorge Luis Abreu, Heidy Carolina Peña y Lilian Francisca Suárez Jáquez.
Durante la audiencia, el abogado
Buner Ramírez, representante de
José Antonio Mercado Blanco, alias (El Grande), solicitó al tribunal rechazar la acusación del Ministerio Público, al considerar que su cliente fue detenido sin una orden de arresto.
El Ministerio Público vincula el asesinato, ocurrido en octubre de 2017, con los supuestos actos de corrupción administrativa ocurridos en la entidad gubernamental de transporte que era dirigida por Rivas desde agosto de 2012.
La fiscalía también pide 20 años de cárcel para Faustino Rosario, Víctor Ravelo Campos y José Antonio Mercado Blanco, y de cinco años para Jorge Luis Abreu, Heidy Carolina Peña, y Lilian Francisca Suárez Jáquez.
Ramírez, fue encontrado con un block de concreto atado a su cuello con una cadena en un arroyo de Hato Nuevo, en Santo Domingo Oeste.