Dado el incremento en los hechos delictivos, principalmente los asaltos a mano armada que tienen desenlaces fatales, es este momento discutir nuevamente sobre las causas de este malestar podría limitarse a un debate bizantino, mientras vándalos y criminales siguen en las suyas.
Es cierto, como se ha establecido en otras tantas ocasiones, que este fenómeno amerita un análisis a fondo para que las medidas para contrarrestarlo puedan ser conformadas mediante un plan integral debidamente estructurado que no obedezca a acciones reactivas y coyunturales.
Pero mientras ese esperado proyectado de gran alcance llega, ahora estamos en un momento crítico en que se debe actuar con rapidez, inteligencia, tacto y energía con los medios humanos y materiales disponibles para prevenir nuevos sucesos lamentables antes de que finalice el año.
Hay casos que por su naturaleza y drama humano han movido no sólo la atención de la opinión pública sino de la sensibilidad de diferentes sectores de la sociedad, entre los que se destaca el de la joven ingeniera Francina Hungría, malograda en su visión por malvados que le dispararon en la cara.
Pero hay otros muchos casos de este tipo que se registran a diario en nuestros barrios y que no trascienden, pero si provocan igual dolor, temor e incertidumbre en familias y vecindarios asediados por maleantes, criminales y narcotraficantes.
Es innegable que la Policía realiza ingentes esfuerzos por hacer su papel preventivo y en la búsqueda y captura de estos antisociales, pero para que su labor sea aun más efectiva, se requieren más recursos de los que actualmente dispone frente a una población en crecimiento desordenado donde el crimen ha ido en aumento.
La frecuencia con que los asaltos son perpetrados por dos individuos a bordo de una motocicleta y siempre armados de pistolas, debería llevar a los investigadores a analizar este modus operandi para diseñar una estrategia preventiva en que los periódicos operativos de la AMET y otros organismos incluyan el desarme y la identificación de posibles sospechosos, sobre todo cuando se detectan vehículos sin papeles.
Mientras se pone en vigencia el tan debatido plan de reforma policial, el aumento en los salarios de los agentes y otras medidas de aplicación a corto plazo puede poner a la Policía en mejor capacidad de combatir el crimen en todas sus modalidades y manifestaciones, con firmeza pero sin abusos o excesos.