Violencia Infantil

En la República Dominicana, las vidas de niños, niñas y adolescentes enfrentan graves riesgos cada día. La violencia contra los menores de edad debilita las posibilidades de la enseñanza.

En el 82% de los hogares dominicanos, se utilizan formas violentas de corrección, el castigo físico y psicológico como formas de trato entre padres-madres e hijos, como también entre pares, constituye una gran calamidad para el desarrollo psico-emocional de la niñez.

El trabajo infantil, especialmente en sus peores formas, arrebata a centenares de niños, niñas y adolescentes de la escuela y de su entorno comunitario, y los distancia de las relaciones familiares primarias. A pesar de que el Estado cuenta con un plan nacional para la erradicación del trabajo infantil, resulta imprescindible la participación de las comunidades para la erradicación de esta problemática, la que sin lugar a dudas está ligada, en la mayoría de los casos, a la pobreza material de familias en las cuales el trabajo infantil, más que una decisión fruto de una concepción errónea de la importancia de la educación, constituye una estrategia de supervivencia.

Es necesario aclarar que nos referimos aquí a aquel trabajo realizado por el niño, que no es una mera cooperación en el hogar, sino que conlleva un compromiso laboral, fuera o dentro del entorno familiar, y que posee prioridad sobre las demás actividades – como las escolares por ejemplo – que son indispensables para el correcto desarrollo psico-emocional del niño.

Son muchas las situaciones que ponen en riesgo personal y social a la infancia y la adolescencia en nuestro país.

La sociedad dominicana desaprueba estas realidades, y exige al Estado el diseño e implementación de un sistema de protección a la niñez y la adolescencia que minimice la posibilidad de que dichas calamidades ocurran.