El incremento del número de cesáreas es una expresión de violencia obstétrica, otra forma de violencia contra la mujer.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido en un 15 por ciento la cifra recomendable de partos en los que se realizan cesáreas; en nuestro país las estadísticas rondan el 42 por ciento. En las regiones con mayor poder adquisitivo estas cifras pueden llegar a un 60 por ciento según afirmó el doctor Donatilo Santos de la Dirección General Materno Infantil del Ministerio de Salud en el Panel sobre Practicas de Cesáreas en la República Dominicana.
La violencia obstétrica es entendida como el abuso de medicamentos, el trato deshumanizado y la consideración de los procesos fisiológicos del parto como procesos patológicos que traen como consecuencia la pérdida de autonomía, de la capacidad de decisión de parte de las mujeres durante el embarazo y parto.
Es un tipo de violencia contra la mujer que tiene como escenario la atención en salud, donde el personal médico se apropia del cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres. (Indiana Barina)
Una razón para justificar la epidemia de cesáreas es derivada de los cambios sociales registrados en los últimos años donde la mujer solicita la cesárea por miedo o comodidad. Vivimos la moda del Parto a la Carta.
El ser humano teme a lo desconocido. La única información que tienen las mujeres sobre el parto, es que duele. A pesar de que ser mártir sigue siendo un valor para la mujer en nuestra cultura, nadie quiere sufrir. Es mucho más fácil tener una cesárea, incluso puedes acordar el día a tu médico.
Se tiende a banalizar las intervenciones por cesáreas, no pasa nada, no duele, no te enteras. Aunque es una cirugía segura, es también una cirugía mayor con los riesgos propios de toda intervención quirúrgica.
El sistema de salud asume una actitud paternalista, negando a la mujer su papel protagónico en el parto. A las mujeres se les niega información, qué está sucediendo con su cuerpo durante el trabajo de parto y cuáles son los beneficios del parto vía vaginal tanto para la parturienta como para el bebé. Por el contrario se les vende la idea de que parir vía vaginal le deja la vagina ancha y no será jamás como antes.
«Cada ves es más reducido el número de mujeres que pueden dar a luz por sus propios medios, gracias a sus hormonas”. Michel Odent.
Dra. Lilliam Fondeur