Después que se producen las tragedias como la explosión mortal registrada en Villas Agrícolas, en primer orden las acciones tienen que enfocarse en la parte humana para asistir a las víctimas y los afectados, además de las investigaciones técnicas en cuanto a las causas del lamentable suceso.
Actitudes quejumbrosas y especulaciones no ayudan en nada en situaciones de este tipo, aunque hay que ser receptivos a las quejas y escuchar con detenimiento todas las apreciaciones que puedan arrojar luz sobre lo acontecido.
Dentro de esta terrible catástrofe se debe destacar que el protocolo de la ciudad funciono y que todas las instituciones en coordinación con la alcaldía del Distrito Nacional hicieron el trabajo que les correspondía.
El cuerpo de bomberos del DN, siempre presto a servir y actuar con prontitud, evitó una catástrofe mayor confinando y luego apagando el fuego que pudo haber provocado la explosión de un tanque de gas vertical, lo que hubiera sido una trágica situación para la ciudad y el país.
Un aspecto importante a destacar fue que el alcalde David Collado aceptó el apoyo de la ciudad de San Juan de Puerto Rico para que técnicos certificados en los Estados Unidos vinieran al país a colaborar en una investigación independiente y presentar un informe preliminar sobre las circunstancias en que se produjo el estallido.
Desde el primer momento, Collado estuvo sobre el terreno para observar y coordinar las acciones que podrían adoptarse sin pérdida de tiempo.
Una investigación seria, profunda y debidamente respaldada por un experticio técnico-forense, además de esclarecer el hecho, puede contribuir a prevenir otras tragedias si ayuda a fortalecer los protocolos de seguridad.
También es de justicia señalar el fondo común de solidaridad que las empresas Polyplas y TransGas, filial del Grupo Propagas, anunciaron para canalizar de manera institucional el apoyo a las personas y familias afectadas por el siniestro para que la ayuda fluya rápidamente, sin tener que esperar la investigación final ni tampoco las decisiones de las compañías aseguradoras.
Finalmente y retomando el tema central de este comentario, las buenas acciones deben ser aplaudidas, sin dejarnos ofuscar únicamente por los aspectos negativos. Ahora la ciudad y sus autoridades, locales y nacionales, tienen el reto de tomar medidas a la luz de la penosa experiencia para que no tengamos que lamentar nuevos balances trágicos. Tenemos que ir dejando atrás la vigencia del viejo refrán de que los dominicanos sólo ponemos candidato después del robo.