SANTO DOMINGO.- El derrumbe de un muro del Cementerio Cristo Redentor debido a las inundaciones del 4 noviembre pasado provocaron un deslizamiento de tierra que no sólo afecta a varias viviendas, sino que dejó al descubierto varias osamentas en los patios de casas afectadas.
Partes de las osamentas que las aguas salieron de las tumbas.
Las fuertes lluvias provocaron inundaciones y el colapso de al menos una pared en el camposanto, afectando la vivienda de Mario Diloné, de 83 años, en el sector de los Girasoles.
Diloné recuerda, aún con terror, la sorpresa que se llevó al abrir la puerta de su casa y ver partes de huesos humanos en su patio.
Los afectados aseguran que en varias ocasiones han reportado la situación a las autoridades y solo han recibido promesas de que acudirán a retirar los esqueletos.
Tras 20 días de haberse registrado el derrumbe, los residentes en esta vivienda continúan encontrando osamentas cómo cráneos.
La mayor preocupación de esta familia es que continúen los derrumbes y ocurra una tragedia, pero también, que los cadáveres no descansen en su morada final.
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