Shanghái (China).- El presidente de China, Xi Jinping, confirmó la apuesta por la inversión en infraestructura como impulsor del crecimiento económico del gigante asiático para este año, en el que los objetivos nacionales se enfrentan al impacto de las restricciones contra los peores rebrotes de covid desde 2020.
Xi reiteró la «gran importancia» de «llevar a cabo un gran esfuerzo» para reforzar la construcción de infraestructuras durante una cumbre del Comité Central para Asuntos Económicos y Financieros celebrada este martes con otros líderes chinos como el primer ministro, Li Keqiang.
El objetivo de estas inversiones es «garantizar la seguridad nacional, (…) expandir la demanda doméstica y promover un crecimiento de alta calidad», según un resumen del encuentro ofrecido en la madrugada del miércoles por la agencia oficial de noticias Xinhua.
Los líderes chinos aseguraron que, pese a los avances en los últimos años, las infraestructuras nacionales son «todavía incompatibles» con la «demanda de desarrollo nacional y seguridad».
Xi insistió en que la infraestructura es un «pilar del desarrollo económico y social», y durante el encuentro se citaron áreas concretas como vías navegables y puertos; oleoductos y gasoductos; aeropuertos y ferrocarriles, tanto urbanos como interurbanos; modernización de áreas rurales, o tecnologías de la información como la supercomputación o las redes de banda ancha.
Los gobernantes chinos pidieron «ensanchar» los canales de financiación y pidieron una mayor «participación del capital social», especialmente en el caso de la infraestructura urbana.
INVERSIÓN AÚN INSUFICIENTE
A principios de marzo, el Gobierno chino se fijó un objetivo de crecimiento del 5,5 % para este año, situándolo así en la parte superior de la horquilla en la que se movían los pronósticos de los analistas, provocando cierta sorpresa entre éstos pese a que se trataría de uno de los avances del PIB más exiguos de las últimas décadas.
Muchos expertos han predicho desde entonces un impulso al gasto en infraestructura por parte de las autoridades chinas para tratar de alcanzar la citada cifra en un año de gran importancia política debido a la celebración en octubre del XX Congreso del Partido Comunista, en el que Xi aspira a una reelección interna para un tercer mandato inédito entre sus últimos predecesores.
Las dudas sobre si China podrá alcanzar el citado objetivo de crecimiento aumentaron especialmente tras el agravamiento de los rebrotes de la covid, que se han traducido en restricciones y confinamientos estrictos como el de la metrópolis oriental de Shanghái, capital económica del país.
La economista jefe de Natixis para Asia-Pacífico, Alicia García Herrero, indicó que la inversión china en infraestructura creció un 8,5 % en los tres primeros meses de 2022, una tasa alta en comparación con el año anterior pero «muy por debajo todavía de lo necesario para alcanzar la meta de crecimiento» económico del 5,5 %.
Según sus cálculos, la inversión en infraestructura del gigante asiático debería repuntar en torno a un 18 % para llegar a efectuar una contribución suficiente para que la economía nacional creciese un 5 % este año.