Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.
Los seres humanos tenemos muchísimo miedo a perder los hábitos que desde muy pequeños tenemos o aquellos que vamos adquiriendo a lo largo de nuestra vida, y también nos da mucho miedo el adquirir nuevos hábitos.
Para lograr cambios hay que comprender primero qué es cambiar, ya que ese término significa que yo voy a modificar mi forma común y tradicional que hasta ahora he tenido, es el trochar un modo de vida para comenzar otra, claro que siempre pensando en el progreso personal y en el beneficio interior y exterior de nosotros como seres humanos.
Todo cambio en nuestra vida es doloroso, hay que dejar muchas cosas a las cuales estamos apegados y acostumbrados. Para realizar los mismos se requiere disposición, autoestima y flexibilidad, y esto requiere modificar nuestra conducta, nuestro comportamiento y también hacer una profunda y franca revisión de nuestro quehacer como seres humanos.
Todos queremos ver cambios, en nuestras vidas, en el gobierno, en nuestro modo de vivir, etc. etc. Decía Gandhi: “Nosotros mismos debemos ser el cambio que deseamos ver en el mundo” Si en mi no hay un cambio, como puedo esperar que el mundo cambie.
Tenemos que reconocer que el cambio es un valor, por lo que en la práctica implica una percepción, un pensamiento y un sentimiento, es decir, debe estar inmerso en nuestra conciencia y debe observarse como una necesidad para así adaptarse al entorno, es mirar la realidad con ojos futuristas, es arrancar lo malo que hasta ahora hemos hecho, para así buscar el bien, pues solo esto nos hará encontrar la felicidad completa.
Estemos consientes que siempre va existir por nuestra parte oposición al cambio, pues nos da temor a todo lo nuevo y lo desconocido, ya que como estamos acostumbrados a lo viejo nos sentimos más confortables con lo mismo y eso es parte de nuestra naturaleza humana, resistir al cambio. H. G. Wells decía: ¿”Porque se ha de temer a los cambios? Toda la vida es un cambio”.
Quiero compartir con Ustedes algo que llego a mis manos hace un tiempo y fue escrito por Ángel Khulman, y dice así: “Si la vida te da una oportunidad de cambiar y crecer…¡Aprovéchala! Si te encuentras abatida o abatido…Mira en tu interior, comprobarás que aún tienes fuerzas que desconoces. Si te preguntas porqué, no esperes una respuesta, ¡Adelántate a ella! Si hace tiempo pediste sin que te dieran…Es que no has abierto la puerta adecuada, aquello que demandaste está aún esperándote. No te quedes sentada o sentado, sal a su encuentro. Si dudas a que puerta llamar…No te des la vuelta, equivócate y llama. Si…Ya no esperas nada. Sólo te queda…Ofrecer. No esperes a que la vida te entregue. Ofrécete a la vida…y lo tendrás todo. Levántate y anda…Tú puedes, es ahora cuando has de caminar. ¡Es tu hora, nuestra hora!”
Termino con este pedazo del Evangelio de Lucas, Capitulo 15, Versículos del 8 al 10 que dice así: “Supongan que una mujer tiene diez monedas y pierde una de ellas. ¿Qué hace entonces? Toma una lámpara, limpia toda la casa y busca por todas partes hasta encontrarla. Cuando la encuentra llama a sus amigos y vecinos, y les dice: ¡Alégrense conmigo porque encontré la moneda que se me había perdido! Les digo que así también se alegran los ángeles de Dios cuando un pecador cambia su vida”.
Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.