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Batalla Electoral 2024

“Insustituible”

 Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Nuestra vida está llena de experiencias y de sucesos que nos hacen reflexionar y crecer a lo largo de la misma, y gracias a Dios que así es, porque si no nos quedáramos estancados y como dice el refrán: “El agua que no se renueva y está estancada, se pudre”

En muchas ocasiones he escuchado, yo soy imprescindible en mi oficina, en mi centro de trabajo, y hay muchos que piensan que son indispensables o insustituibles en su hogar. Siempre que visito un cementerio por una u otra razón me pongo a meditar sobre todas las personas que  están descansando en el mismo y pienso: que el que está allí, era insustituible en su centro de trabajo, aquel otro en su hogar, aquel de allá en su centro de trabajo y así sucesivamente. Pero también me digo, el que era insustituible en su centro de trabajo porque él era el que abría la puerta o el que hacia los cheques para los pagos, como ya no está consiguieron a otro que abra y alguien más está haciendo los cheques, pero la empresa sigue abierta, el que pensaba que era insustituible en su hogar, pues él era el que hacia las compras y llevaba los niños al colegio, como ya no está, no se han muerto de hambre, alguien más está haciendo las compras y llevando los niños a la escuela y hasta a lo mejor ya la esposa encontró otra pareja y pronto de va a casar. La oficina en la cual el no está, sigue funcionando, ya a él lo reemplazaron por uno que más o menos hace el trabajo que él hacía, y así sucesivamente. Eso nos deja ver que todos somos necesarios, pero nadie es imprescindible.

Yo siempre le he pedido a Dios que me haga sentirme necesario pero no imprescindible, y es por ese motivo que siempre trato de que todo el que esté a mi lado aprenda lo que yo hago, porque en primer lugar sé que soy un ser humano, pasajero, peregrino de este mundo y que un día voy a retornar a la presencia de Dios, y que lo que estoy haciendo lo va a tener que hacer otro, pues entonces que lo haga bien. Segundo porque algún día me van a ofrecer más dinero en otra parte, y por seguro que si no lo acepto, por lo menos lo voy a pensar dos veces o el dueño o gerente de la empresa donde trabajo no gusta más de mi persona y me despide y alguien va a tener que seguir haciendo lo que yo hacía.

Algunos me preguntan que si no me da miedo el enseñar a otros a hacer lo que yo hago, y les respondo que no, porque la mujer o el hombre que no se sienta seguro de la labor que desempeña, la haga bien hecha y tenga miedo a perder su empleo, es una persona frustrada y fracasada.

Es por ese motivo que no me creo imprescindible, porque no lo soy. En mi hogar he enseñado a mi esposa a conducir, a llevar las cuentas y a ser ella, una mujer independiente, pues si parto primero que ella a la casa del Padre no lo voy a dejar siendo una inútil. A mi hija la enseñe a ser ella, con su personalidad y a manejarse por sí sola, pues eso lo iba a necesitar más tarde cuando tuviera que enfrentarse con la vida, y quién sabe si le iba a tocar sola o no, eso solo le corresponde a Dios.

Por lo pronto, creo que he hecho lo mejor, no creyéndome indispensable o insustituible, pues no lo soy, solo he tratado de hacer lo mejor que he podido, pero eso sí, de hacerlo bastante bien de acuerdo a mi capacidad, y espero que así puedan hacerlo Ustedes mis hermanos y amigos.

Los dejo con esta lectura tomada del Evangelio de San Lucas, Capitulo 22, Versículo 26 y dice así: “Pero ustedes no deben ser así. Al contrario, el más importante entre ustedes tiene que hacerse como el más joven, y el que manda tiene que hacerse como el que sirve”

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

 

 

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