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“Se ha Perdido la Costumbre”

Un cordial saludo para todos mis queridos lectores.

Es cierto que vivimos en un tiempo de grandes cambios. Hoy día compramos cualquier equipo electrónico con todo lo último de la tecnología, y ya a los cuatro o cinco meses esta obsoleto porque han lanzado al mercado otro más avanzado y con nuevas opciones.

He dicho en varias ocasiones que un día los seres humanos vamos a llegar a ser desechables, esto lo he dicho en juego, pero no estamos muy lejos de esa realidad. Digo esto porque me baso en el ejemplo de los matrimonios. Se casan y los novios van al mismo pensando: “Si esto no funciona me divorcio”, y así lo hacen, e inmediatamente se buscan otra u otro, y así repetidamente.

Hoy día se ha ido perdiendo las buenas costumbres, y ya casi todo es relativo, pero siempre he dicho: “Que lo que esta bien, esta bien aunque no lo haga nadie, y lo que esta mal, esta mal aunque lo haga todo el mundo”.

Me recuerdo cuando era niño, que solo con que mi padre me mirara, ya yo sabía lo que tenia que hacer. Hoy en día si miras fijamente a uno de tus hijos, te pregunta porque lo miras.

El saludo y las despedidas eran una cosa común y de educación, hoy día llegas a un lugar y a veces ni te saludan y mucho menos se despiden. Viene a mi mente una historia que me envió un amigo y quiero compartirla con Ustedes porque es muy apropiada para este articulo, y dice así: “Un señor trabajaba en una planta donde se procesaban embutidos en Japón. Cierto día ya casi llegando la hora de marcharse a su casa, fue a uno de los refrigeradores para inspeccionar algo, cerro la puerta sin percatarse que el seguro de la puerta del refrigerador estaba puesto. Comenzó a golpear fuertemente la puerta y a gritar, pero nadie lo escuchaba, pues ya la mayoría de los otros trabajadores se habían marchado, y además por el grosor que tenía la puerta del mencionado refrigerador. Llevaba ya alrededor de cuatro horas allí encerrado, y estaba al borde de la muerte, cuando de repente se abrió la puerta del mismo.

El guardián de seguridad que cuidaba el lugar entro y lo rescató. Luego cuando le preguntaron al guardián ¿que como se le había ocurrido abrir la puerta de ese refrigerador si no era parte de su rutina de trabajo? El explicó:“Llevo acá trabajando en la empresa 30 años, cientos de trabajadores entran a la planta día a día, este señor es el único que me saluda cuando entra y se despide de mi cuando se marcha a su casa en las tardes. El resto de los trabajadores pasan por mi lado como si yo fuera invisible.

Hoy me saludo al entrar en la mañana, me dijo: hola, buenos días, pero nunca escuché el hasta mañana de cada día. Sabiendo que todavía no se había despedido de mi, pensé que el debería estar en algún lugar del edificio, por lo que comencé a buscarlo hasta que al fin lo encontré”.

Mis amigos, hay que estar concientes que el saludo así como muchas otras cosas las cuales ya hemos perdido la costumbre hacerlas, transmiten un mensaje adicional. Primero síntoma de buena educación, y segundo de cortesía, y si queremos vivir en una sociedad donde no se sigan perdiendo las buenas costumbres, tenemos nosotros que predicar con el ejemplo, y no decir: “Has lo que yo digo y no lo que yo hago”

Termino con los Versículos 5 y 6 del Evangelio de San Lucas, Capitulo 10, que dicen así: ““Siempre que entren en una casa, saluden primero diciendo: La Paz sea con esta casa. Si sus moradores son amantes de la Paz, el saludo de Paz permanecerá con ellos; de lo contrario, volverá a Ustedes el saludo de la paz.

“Ah, y no quiero perder la costumbre de decirles”:

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

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