Quizás al Listín puede asimilarse la expresión que citaba P. R. Thompson para explicar la santidad de la Iglesia, que “ni los curas habían podido acabar con ella”.
Este aniversario, de un siglo y tercio, encuentra al principal periódico dominicano en un proceso interesantísimo de modernización, llevando su edición digital a similar pedestal que la impresa, como líder del mercado dominicano. Su director Miguel Franjul, cuya amistad conmigo es tan vieja y sólida que nos ha vencido a ambos, honra su estirpe banileja emulando a Rafael Herrera, haciendo periodismo de maratón y no de sprint. En las capaces manos de Manuel Corripio, con Gema Hidalgo administrando, el diario ha logrado el milagro de interesar en el periodismo a una generación que no lee periódicos.
Rememoro mi vinculación con el Listín desde su reaparición en 1963, cuando oía embelesado en mi casa a don Baby Ricart explicar la resucitación; a don Rafael que siempre me recordaba mis raíces maternas banilejas. Me alegra mucho volver a felicitar a Miguel en este aniversario.
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