La misión de Guillermo

Fogaraté

Ahora, a Guillermo Moreno le toca un reto, inaplazable ya: Dejar en un segundo plano formal continuar su vehemente y legítima demanda ante un “Poder Judicial” que no podrá ser mientras Leonel Fernández sea el verdadero Poder de todos los Poderes (por encima de Danilo, Constitución, leyes, partidos, sociedad, decencia y el debido respeto al país), y lanzarse por todos los polvosos caminos de esta especie de nación a fomentar la ira y subvertir conciencias (que es hacer verdadera oposición). Porque la solución real de la corrupción y la suerte de Leonel, para empezar, es cuestión de votos en 2016.