El interés de no mirar para ningún otro lado en la investigación de los sobornos confesados por Odebrecht, llevó al procurador general de la República a inventar que Marcelo Hofke, representante de la multinacional brasileña en RD, que aún no había terminado de desempacar maletas, había afirmado en interrogatorio, que Angel Rondón era el intermediario a través del que se repartían las coimas.
Aunque Hofke y su abogado Robert Vargas desmintieron categóricamente que tal afirmación se hubiese producido, el fake news ocupó los principales titulares de impresos, digitales y telediarios, pero jamás nadie volvió a saber del interrogatorio donde se produjo esa información tan falsa como las de los depósitos por 100 millones de pesos que se presentaron contra el ingeniero Roberto Rodríguez.
Ahora que la inconformidad con la investigación hecha en la República Dominicana, movió a que estructuras internacionales de investigación pusieran en manos del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación todas las aportaciones del Departamento de Operaciones Estruturadas de Odebrecht, se evidencia que los canales de los pagos de la llamada caja 2 eran diversos, y, aunque en el despliegue de offshore aparecen por lo menos dos empresas de Rondón, figuran pagos de otros asociados a Odrebrecht, a los que se les garantizó absoluta tranquilidad, y de técnicos de cuello blanco que comulgaban con Dios y se confesaban con el Diablo.
Las termoeléctricas de Punta Catalina, estuvieron entre las obras enumeradas por Ministerio Público en la medida de coerción contra el primer grupo de encartados en el caso Odebrecht, pero en el transcurso del proceso esa mención, página 14 del expediente,se fue difuminando.
La comisión investigadora sobre Punta Catalina, designada por decreto y presidida por Agripino Nuñez Collado, indagó al respecto:
“Ante las aseveraciones y cuestionamientos realizados por algunos de los abogados de los imputados con relación al Proyecto Punta Catalina y la alegada no inclusión de ninguna persona vinculada a este proyecto en el proceso de solicitud de medidas de coerción en el caso de Odebrecht, la Procuraduría General de la República (PGR) explicó este jueves que de ninguno de los documentos suministrados por las autoridades de Brasil se infiere que hayan sido pagados sobornos para ganar el proceso de adjudicación ni para el Contrato de EPC (Engineering Procurement and Construction), del proyecto Central Termoeléctrica de Punta Catalina.”
“La institución [la PGR] señaló además que la documentación provista desde Brasil no evidencia irregularidad alguna en el proceso de licitación y adjudicación del contrato de EPC, aunque hace la salvedad de que la misma incluye la confesión de un empleado de la empresa Odebrecht, según la cual un diputado y un senador habrían recibido sobornos para la aprobación en el Congreso Nacional del financiamiento para la construcción de la Central Termoeléctrica de Punta Catalina.”
Ante las revelaciones del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, Odebrecht ha precisado que no hay nada nuevo bajo el sol, que esas informaciones habían sido entregadas hace más de tres años en sus respectivos acuerdos con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos y con la justicia brasileña.
Las repercusiones en RD no se han hecho esperar, y por lo menos tres economistas que no habían sido objeto ni de apresamientos aparatosos, ni de largos interrogatorios, ni de solicitud de medidas de coerción, han admitido los pagos citados en la “hoja de excel”, que los proyecta en serios conflictos de intereses, aunque no son los únicos con pagos cuestionables.
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