Introducción
Cuando todavía cría que el fenómeno de las drogas ilegales y el narcotráfico, podían ser enfrentados con posibilidades de éxitos, hice ingentes esfuerzos para contar con aliados con calidad para que aportaran, conforme a sus posibilidades, a la brega contra esas lacras sociales.
Además de requerir el curso nacional en el accionar frente a la drogadicción y quienes trafican con las nocivas sustancias, en el plano internacional procuré la colaboración del Comandante Fidel Castro, a quien le remití, en fecha 19 de septiembre de 1989, la siguiente comunicación:
Distinguido compañero:
1.- Sé que no escapa a su inteligencia la preocupación de los hombres y las mujeres sensibles de América Latina y el Caribe, respecto al fenómeno de las drogas ilegales y el narcotráfico. Millones de latinoamericanos y caribeños, se movilizan hoy contra el flagelo de las drogas y el crimen del narcotráfico.
2.- Sin temor a equivocación, Cuba es, hoy por hoy, el país de nuestro continente que puede darse el lujo de decir que su territorio es libre de drogas narcóticas e influencia económica, política y social del narcotráfico.
3.- Por la posición que tiene el Gobierno de Cuba contra el narcotráfico y las drogas narcóticas, creo que es su gobierno el que tiene más calidad para, a escala internacional, incidir en la discusión del fenómeno de las drogas narcóticas y el narcotráfico.
4.- Todos los países, desde EEUU hasta Colombia, en el ámbito de sus organizaciones cívicas y políticas, están expresando su preocupación por el fenómeno de las drogas narcóticas. Pero ninguno ha dado demostración, o demostrado interés, en que se discuta el tema de las drogas narcóticas o ilegales y el narcotráfico.
5.- El motivo de la presente es para sugerirle, como latinoamericano, caribeño, hombre de paz y preocupado por los problemas sociales de toda índole, que el Gobierno de Cuba tome la iniciativa de convocar a un encuentro internacional o continental para discutir el fenómeno de las drogas ilegales y el narcotráfico.
6.- En el evento a efectuarse en Cuba, para tratar el punto antes indicado, cada participante debe pagar su pasaje y estadía. Cuba debe aportar, única y exclusivamente, su hospitalidad e iniciativa. Espero que la inquietud que le planteo por medio de la presente sea ponderada con la misma urgencia que amerita. Con respeto, distinción y afecto le saluda, atentamente.
7.- La carta anterior se la envié al compañero Fidel, en septiembre de 1989, pero ayer como hoy mantengo la creencia de que Cuba es el país de América Latina y el Caribe, donde la presencia de drogadictos es, prácticamente, inexistente y allá se ha enfrentado el narcotráfico en forma objetiva; aplicándole la ley, en forma directa, sin andar con paños tibios. Aquellos que han hecho alianza impúdica con el narcotráfico han pagado, en Cuba, con sus vidas el precio de la traición a la confianza del pueblo y de la Revolución.
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