SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Cada día que pasa la gente reconfirma, con hechos y situaciones de gran impotencia, que está a merced de la especulación en productos de consumo básico y que no siempre guardan relación con razones del mercado.
Un ejemplo de esto es lo que ha ocurrido en los últimos días con el precio del pan, que ha comenzado a experimentar alzas en medio de manipulaciones mediáticas de asociaciones de panaderos que tienen visiones encontradas sobre el negocio.
De hecho, una de esas asociaciones comenzó a subir la unidad del pan, en algunas zonas de 5 a 10 pesos y en otras a 8 pesos y a 2 por 15 pesos, mientras que la asociación de industriales de la harina dice que no hay razones para el aumento, pero reclaman el mantenimiento de un subsidio.
O sea, que a la luz de lo ocurrido, se puede sacar la conclusión que como en otras oportunidades, lo que se busca en realidad es aplicar una presión al Gobierno, a través de los medios de información y las quejas de los consumidores, para seguir recibiendo asistencia estatal.
Mientras tanto, la gente se pregunta en los barrios populares, como el Chavo del 8, ¿quién podrá defenderlos, porque Proconsumidor ahora ha venido a descubrir que la especulación es un delito, pero se queda en palabras y no actúa de manera permanente, aunque envían dice envían inspectores, pero sin que se sepa de sanciones.
Si bien las nuevas realidades que rigen el mercado y el comercio mundial, no admiten ya el control de precios de forma directa, sí se pueden aplicar medios de monitoreo, supervisión y otras acciones para impedir abusos en la venta de alimentos.
La pregunta es si de verdad el público consumidor contará en algún momento con esa protección y si aquí se podrá llegar a crear conciencia, como ha ocurrido en otras naciones, para hacer boicot a alzas abusivas e injustificables como la del pan.
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