1.- En el medio social dominicano hay tanta confusión, que hasta a la familia ha llegado la falta de orden y claridad, con relación al trato entre los padres y su prole.
2.- Resulta beneficioso para los relacionados con un núcleo familiar, conocer las interioridades que se dan en ese conjunto de personas emparentadas entre sí. La franqueza y la claridad sirven para juzgar correctamente.
3.- El padre de cinco hijas o hijos, que no mantiene cordialidad con cuatro de ellos, debe dar un paso adelante, examinar su manera de ser para verificar la razón por la cual existe esa desproporcionada efusividad.
4.- La abuela o el abuelo de doce nietos, que de manera habitual solamente comparte con tres, algún trato desagradable ha dado a los otros nueve, que se mantienen aislados. Al parecer, el ascendiente se maneja con acidez frente a los nenes.
5.- El nuero o nuera de cinco hijas políticas, que solamente tiene tímida comunicación con una de ellas, está llamado a convertirse en un apartado, o solitario pariente, impedido de decir mi gente, un desconversable, nada sociable.
6.- Esa madre o ese padre que no tiene relación con la mayoría de los hijos o hijas, está aislado de los nietos y nietas, sin comunicación con la generalidad de las esposas de sus descendientes, es un inconexo. Anda suelto.
7.- La persona que con sus familiares más directos tiene un trato a la distancia, es un intransigente, intolerante y rudo. Es un cerrado e inflexible, hasta el punto de que se convertirá en una víctima de su obcecades.
8.- Esa mamá o ese papá que, hoy, para sus consanguíneos se ha convertido en insociable, si no siempre se comportó como ahora, merece ser tratado por un facultativo especialista en la conducta humana.
9.- Una mami o un papi, que fue todo amor con su cría, y dispensó todas las atenciones materiales y espirituales, si ha cambiado es porque está afectado de la mente, y necesita ser asistido para saber qué le pasa.
10.- La madre o el padre, que estando cuerdo, en plenas facultades mentales, en el pasado se llevó a las mil maravillas con sus hijas, hijos, nietas y nietos, si luego modifica esa forma de tratarlos, es porque está alocado, desequilibrado, ha perdido la chaveta.
11.- De todas maneras, antes de hacer asistir a mami o papi por un psiquiatra, procede que sus descendientes decidan examinarse, chequear su conciencia, mirarse de arriba a abajo.
12.- A veces conviene analizar, pensar con detenimiento, revisarse por entero para saber si la decisión a tomar es la correcta y conveniente. Es bueno ahondar para conocer la esencia de las cosas.
13.- En ocasiones, resulta que para quedar bien ante la sociedad, para justificar su indiferencia y sinvergüencería, algunos hijos recurren a los argumentos más pueriles, infundados y estúpidos.
14.- Cómo pensar y hacer creer, para engañar a los bobos, que mami y papi, que cumplieron ante sus hijas o hijos, de un momento a otro se van a convertir en ogros, personas intratables, monstruos mitológicos.
15.- El alma noble, ese proceder amoroso, la actitud comunicativa y altamente responsable de una madre o un padre ante sus hijas o hijos, no se modifica así por así, en un abrir y cerrar de ojos.
16.- En lugar de someter a la madre o al padre a un tratamiento de la mente, deben revisarse los descendientes. Aquel que como progenitor siempre estaba ahí, al alcance y disposición de los suyos, seguro que no ha cambiado de lugar, mantiene lucidez y con la dignidad por las nubes.