REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Las redes sociales crean adicción, especialmente entre los jóvenes, el grupo más vulnerable. Detectar las señales de alerta es fundamental para ponerle freno. En el Día Mundial de las Redes Sociales, el 30 de junio, profundizamos en un problema que afecta a la salud mental.
Internet es el gran avance tecnológico de los últimos tiempos pero uno de sus riesgos, en el caso de las redes sociales, es generar una dependencia o adicción en personas más proclives.
Lo positivo es la inmediatez, la variedad de opiniones o las distintas formas de relacionarnos que también conllevan cambios sociales y económicos.
No obstante, su crecimiento ha tenido un impacto en la salud mental de la población, especialmente en los más jóvenes.
Por ello, se debe reflexionar sobre cómo han sido estos cambios y cuáles son sus consecuencias. Una de las más notables es el incremento de adicciones digitales.
En primer lugar, se debe de hablar de cuando su uso se transforma en adicción, saber cómo detectarlo y ponerle solución.
Los expertos de salud mental de la Clínica López Ibor explican: “Es un problema que está en auge, ya que nuevos desafíos (“challenges”), aplicaciones o juegos novedosos, no paran de surgir”.
De esta manera, se aumenta el consumo digital, y, también, la adicción, sobre todo, en los jóvenes y adolescentes.
Esta forma de uso en las redes, que se creó para facilitar la experiencia a los internautas, está fomentando aún más la adicción. Por eso, “scroll infinito” también es conocido como la “cocaína conductual”.
Según el informe elaborado por UNICEF “Impacto de la Tecnología en la Adolescencia. Relaciones, Riesgos y Oportunidades”, 1 de cada 3 adolescentes en España hace un uso problemático de Internet y redes sociales.
Los expertos avisan de que este tipo de conductas adictivas, a veces se usan como refugio para eludir el sufrimiento y evadir sentimientos de malestar.
Muchos jóvenes buscan un refuerzo social a través de las redes mediante la publicación de contenido personal y fotos. Esto tiene un poder adictivo y lleva a una necesidad constante de refuerzo.
Según los estudios, acumular muchos “likes” equivale en el adolescente a la respuesta cerebral obtenida de comer chocolate o ganar mucho dinero.
Además, las redes sociales también influyen en el estado de ánimo de los jóvenes. La percepción de disponibilidad continua y el tener que estar siempre conectado y al día de las últimas novedades, está relacionado con sintomatología ansiosa, depresiva y alteraciones del sueño.
Por otro lado, cada cierto tiempo aparece un “challenge”, que se viraliza a través de las redes sociales. Esto puede impactar directamente en los jóvenes, que quieren llevarlo a cabo para así recibir el reforzamiento inmediato de los demás.
De esta manera, han surgido retos que sobre todo están dirigidos a los adolescentes, que al poner en peligro su vida lo viven como algo emocionante y atractivo.
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