MIAMI.- Más de veinte años después de los asesinatos de tres mujeres en Estados Unidos entre 2000 y 2001, las autoridades de Florida identificaron al brasileño Roberto Wagner Fernandes como el asesino en serie gracias a pruebas de ADN realizadas a sus restos en Brasil.
«La justicia nunca caduca», dijo este martes a la prensa el alguacil del condado Broward, Gregory Tony.
Las pruebas de ADN hechas a Wagner Fernandes, que había huido de Estados Unidos y falleció en un accidente aéreo en Suramérica, lo identificaron como el autor de las muertes de Kimberly Dietz-Livesey, Sia Demas y Jessica Good, detalló hoy la Oficina del Aguacil de Broward (BSO, en inglés).
«Los casos llegaron a los titulares, pero pronto pasaron a un segundo plano», se lamentó la BSO, que junto con la Policía del vecino condado de Miami-Dade se ocupó de la investigación.
Los investigadores detallan que en junio de 2000 fue hallado el cuerpo de Dietz-Livesey dentro de una maleta en una carretera de la localidad de Cooper City (Broward), en el sur de Florida.
En agosto de ese mismo año el cuerpo de Demas fue encontrado dentro de una bolsa de lona en otra carretera cerca de Dania Beach (Broward) y un año más tarde fue hallado el de Good flotando en la Bahía Vizcaíno (Miami-Dade).
Según las autoridades, los tres casos tenían patrones similares y la evidencia de ADN recopilada apuntaba a un solo culpable aún desconocido.
La sospecha del último asesinato recayó en el brasileño, quien vivía en Miami y regresó a Brasil después del asesinato de Good.
Los investigadores viajaron a Brasil para tomar muestras de ADN de Fernandes, pero allí se enteraron de que el sospechoso había muerto en un accidente aéreo en 2005.
No obstante, consiguieron exhumar su cadáver entre finales de 2020 y principios de 2021 para tomar muestras de ADN.
Fernandes además había sido acusado de asesinar a su esposa en Brasil, en 1996, pero fue absuelto.
Igualmente, era una «persona de interés» por varios delitos violentos contra mujeres en el país suramericano y había sido identificado como sospechoso en una violación en 2003, detallaron.
El BSO informó que Fernandes trabajaba para una compañía de viajes en Miami y que una camioneta de esa empresa también se usó para recolectar ADN y vincularlo con los asesinatos.
«Hemos esperado 20 años y nunca pensamos que tendríamos un cierre, pero la colaboración de todos estos departamentos de aplicación de la ley nos ha traído eso», dijo emocionado Michael Livesey, viudo de Dietz-Livesey.
«Saber que sus últimos minutos en la Tierra probablemente estuvieron llenos de terror me hace sentir un poco mejor», apuntó el detective Zachary Scott.
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