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“Aguanta un poco Más”

Termino con el Capítulo 33, Versículo 13 del Libro del Eclesiástico que dice: “Como la arcilla del alfarero está en su mano, y todos sus caminos en su voluntad, así los hombres en la mano de su Hacedor

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Un cordial saludo a todos mis queridos lectores.

Santa Teresa le dijo al Señor: ¿Porque me tratas así?, el Señor le dijo: Teresa, así trato a mis amigos, y Teresa le dijo: Con razón tienes tan pocos.

Es cierto que Dios nos deja elegir a nosotros lo que es bueno y lo que es malo. Depende de nosotros lo que escojamos. Siempre he dicho que lo que está mal está mal aunque todo el mundo lo haga, y lo que está bien está bien aunque no lo haga nadie.

Se cuenta que en una ciudad de Inglaterra había una pareja que les gustaba visitar las tiendas. Al entrar en una de ellas se quedaron asombrados de una hermosa taza que allí había. ¿Me permite ver esa taza, exclamo la mujer? Nunca he visto una taza así. Cuando la señora agarro en sus manos la taza, ella comenzó a decirle su historia. Hace un poco de tiempo yo era solo un poco de barro. Pero un artesano me tomo en sus manos y me fue dando forma. Llegó el momento en que le grité: Por favor déjeme en paz, pero el artesano sólo sonrió y me dijo: “Aguanta un poco más”, no es el tiempo todavía.

Después me puso en un horno. Nunca había aguantado tanto calor. Toqué en la puerta de aquel horno, y pude ver sus labios que me decían: “Aguanta un poco más”, no es el tiempo todavía. Al fin abrió la puerta, y me puso en un estante. Pero apenas me había refrescado comenzó a rasparme y a lijarme. Me miraba de arriba abajo. Por ultimo me aplico varias capas de pintura. Sentía que me ahogaba. Por favor déjeme en paz, pero él me contesto: “Aguanta un poco más”, no es el tiempo todavía.

Cuando pensé que aquello había terminado, me metió en otro horno, ahora pensé que terminaba mi vida. Le rogué al artesano que me respetara, que me sacara, de aquel horno tan caliente, grite y llore, y el solo me decía: “Aguanta un poco más”, no es el tiempo todavía

Me pregunté si tendría esperanza, sí lograría sobrevivir aquellos maltratos y abandonos. Pero por alguna razón aguante todo aquello. Fue entonces que mi artesano me tomo cariñosamente en sus manos y me llevó a un lugar diferente. Era un lugar muy hermoso, allí todas las tazas eran maravillosas, resplandecían como solo lo hacen en los sueños. Enfrente a mí había un espejo. Una de las maravillas era yo, fue cuando descubrí que estaba en una tienda muy fina, no podía creerlo, esa no podía ser yo.

Aquel artesano me dijo entonces: “Yo sé que sufriste al ser moldeada en mis manos, mira ahora tu hermosa figura. Sé que pasaste muchos calores, pero ahora observa tu solida consistencia. Sé que la pintura te daba nauseas pero mira ahora tu hermosura, y ¿Si te hubiera dejado como estabas, que sería de ti?

El mejor alfarero es Dios, nosotros estamos en sus manos, y Él no dice: “Aguanta un poco más”, no es el tiempo todavía. Así serás el Hijo que El soñó para toda la eternidad.

Termino con el Capítulo 33, Versículo 13 del Libro del Eclesiástico que dice: “Como la arcilla del alfarero está en su mano, y todos sus caminos en su voluntad, así los hombres en la mano de su Hacedor”

Hasta la próxima y muchas bendiciones para todos.

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