Mogadiscio.- Al menos 25 personas murieron este lunes en Somalia, entre ellas un ministro regional, y 35 resultaron heridas en un ataque con dos coches bomba cometido por el grupo yihadista Al Shabab contra un base militar en la ciudad de Beledweyne (centro), informó a Efe la Policía.
«25 muertos y 35 heridos después de que dos explosiones golpearan la base militar de Lamagalay», en el centro de la urbe, declaró a Efe el comandante de policía en Beledweyne Mohamed Geele.
La mayoría de los muertos son civiles y, entre ellos, se encuentran el ministro de Sanidad del estado de Hirshabelle (donde está la ciudad), Zakaria Mohamed Ahmed; el vicegobernador de la región de Hiran (incluida en Hirshabelle), Abukar Maadey; varios legisladores locales y miembros de las fuerzas de seguridad.
Al Shabab se responsabilizó del atentado, que provocó cuantiosos daños materiales y fue condenado por el gobernador de Hiran, Ali Jayte Osman.
«Sus actos brutales nunca debilitarán el levantamiento del público», subrayó Osman en declaraciones a la agencia nacional de noticias somalí SONNA.
El ataque ocurrió horas después de que el Gobierno de Somalia informase de que un importante líder de Al Shabab, Abdullahi Nadir, confundador de esa organización, murió el pasado sábado en una operación antiterrorista en Somalia.
«Abdullahi Nadir, uno de los principales líderes de los terroristas de Al Shabab, buscado por el Gobierno somalí durante mucho tiempo, fue asesinado en una operación realizada por el Ejército Nacional Somalí y socios de seguridad internacionales», informó el Ministerio de Información somalí.
Nadir falleció en la aldea de Haramka, en la región sureña de Middle Jubba, precisó el Gobierno, sin aclarar qué «socios internacionales» participaron en la operación, aunque Estados Unidos suele apoyar al Ejército somalí con drones en la lucha antiterrorista.
EE.UU. había ofrecido una recompensa de tres millones de dólares por información que condujese a Nadir, hombre próximo al actual líder de Al Shabab, Abu Ubaidah (también conocido como Ahmed Diriye), y que ha ejercido como responsable de las finanzas y los medios de comunicación del grupo, entre otros cometidos.
La muerte del yihadista ocurrió después de que el presidente de Somalia, Hassan Sheikh Mohamud, declarara el pasado 23 de agosto una «guerra total» para «eliminar» a Al Shabab, cuyos terroristas tomaron días antes un conocido hotel de Mogadiscio durante treinta horas y mataron a 21 personas.
Desde entonces, varias operaciones militares se han efectuado contra los fundamentalistas, apoyadas por Estados Unidos, que el pasado mes acabaron con «más de cien miembros» de Al Shabab, según el Gobierno somalí.
Al Shabab, grupo afiliado desde 2012 a la red Al Qaeda, perpetra a menudo ataques terroristas en la capital somalí, Mogadiscio, y otros puntos de Somalia para derrocar al Gobierno central -respaldado por la comunidad internacional- e instaurar por la fuerza un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador).
El grupo yihadista controla zonas rurales del centro y sur de Somalia y ataca también a países vecinos como Kenia y Etiopía.
Somalia vive en un estado de guerra y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin Gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.
Recibe las últimas noticias en tu casilla de email