Redacción.- Un deslave en la montañosa provincia de Yunnan del suroeste de China el lunes en la madrugada sepultó a 47 personas, mató al menos a dos y obligó a evacuar a otras 200 en un clima de nevadas y temperaturas gélidas.
El suceso tuvo lugar a las 05.51 hora local de este lunes (21.51 GMT del domingo) en el condado de Zhenxiong, situado en el norte de la mencionada región, y afectó a unos 18 hogares situados en la zona baja entre dos montañas.
Había tareas de rescate en marcha para buscar a las víctimas sepultadas en 18 casas, según dijo el departamento de información del condado de Zhenxiong.
Se encontraron dos cuerpos de entre los escombros, según la televisora estatal CCTV. En un primer momento se desconocía la causa del desastre, mientras los sobrevivientes y rescatistas trabajaban entre la nieve. Se esperaba que el frío persistiera al menos tres días más.
El área había registrado fuertes nevadas a lo largo de la noche del domingo y, aunque su intensidad es menor, esas precipitaciones todavía no han remitido, con las temperaturas rondando los cero grados centígrados.
El estado de las carreteras que dan acceso al área afectada, las cuales amanecieron congeladas, está dificultando las tareas de rescate, apuntó un empleado de la oficina local de gestión de desastres.
Luo Dongmei, de 35 años, estaba durmiendo cuando se produjo el deslave, pero sobrevivió y fue trasladada a una escuela por las autoridades locales.
“Estaba dormida, pero mi hermano llamó a la puerta y me despertó. Dijeron que había un alud de tierra y la cama temblaba, de modo que corrieron escaleras arriba y nos despertaron”, dijo Luo.
Al igual que muchos otros residentes, Luo, su esposo y sus tres hijos recibieron comida en la escuela pero aún estaban esperando a mantas y otra protección del frío, dijo.
La mujer dijo que no había podido contactar con su hermana y su tía, que vivían cerca del lugar del deslave. “Lo único que puedo hacer es esperar”, dijo.
El deslave ocurrió poco más de un mes después de que el terremoto más poderoso en China en años sacudiera una remota región noroccidental entre las provincias de Gansu y Quinghai. Al menos 149 personas perdieron la vida en el sismo de magnitud 6,2 ocurrido el 18 de diciembre, reduciendo las viviendas a escombros y desatando intensos aludes de lodo que inundaron dos poblados en la provincia de Qinghai.
Casi 1,000 personas resultaron heridas y más de 14,000 viviendas fueron destruidas.
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