Nueva York.- El alcalde de Nueva York, Eric Adams, que viaja hoy a Latinoamérica -México, Ecuador, Colombia y Panamá-, aprovechará la oportunidad para «contrarrestar campañas de envío de gente» a través de las redes sociales, que ha hecho creer a muchas personas, de América y hasta de África, que al venir a esta ciudad serán alojados en lujosos hoteles y encontrarán rápido un trabajo.
«Solo queremos darles una narrativa real de que los albergues están llenos y que no encontrarán empleo automáticamente», afirmó Adams, quien acusó nuevamente al gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, por lo que ocurre, tras haber iniciado el pasado año el envío de inmigrantes a la Gran Manzana en autobuses.
Adams adelantó que ofrecerá entrevistas en esos países con diversos medios para llevar el mensaje de que no vengan a Nueva York.
«Tengo una crisis en la ciudad que amo y tengo que afrontar esa crisis a nivel local, estatal, nacional e internacional”, indicó.
La Alcaldía de Nueva York acusó hoy a Texas de intensificar el envío de autobuses con inmigrantes a Nueva York, donde ha aumentado el flujo de indocumentados; en 17 meses han llegado a la ciudad 118.000 personas, una gran parte latinoamericanos, y de ellos muchos venezolanos.
La vicealcaldesa para asuntos de salud y servicios humanos, Anne William-Isom, dijo por su parte que Texas «ha reforzado sus operaciones de autobuses», durante la conferencia de prensa hoy junto al alcalde y otros miembros de su gabinete, aunque los hay que llegan en avión «o incluso caminando».
Esta situación llevó a que la ciudad haya tenido que abrir 210 sitios para albergues, incluido hoteles, y 17 centros de ayuda humanitaria.
El alcalde advirtió que, debido al gran número de personas llegando a la ciudad, los neoyorquinos deberán acostumbrarse a ver inmigrantes fuera del hotel Roosevelt, donde se estableció el centro de reclutamiento al cual acuden todos los recién llegados.
El pasado mes de julio cientos de inmigrantes que llegaron a la ciudad ese mes -incluyendo un gran número de África- durmieron fuera del hotel al agotarse los lugares disponibles para albergarlos, lo que llevó a que un grupo legal acusara a la ciudad en corte de no cumplir con la ley que le obliga a dar albergue a quien lo solicite y el caso aún no se ha resuelto.
El aumento de inmigrantes obligó a la Alcaldía a lanzar una nueva campaña de pasquines que se distribuirán en la frontera y en albergues a través del país para disuadirles de venir a Nueva York.
Sin embargo, pese a la crisis humanitaria y fiscal en la ciudad, que afronta el próximo año un déficit de 12.000 millones de dólares, Adams afirmó que la «posición oficial» es que «las fronteras deben permanecer abiertas» e insistió en que se debe implementar una estrategia de descompresión para abordar la afluencia de inmigrantes.
Adams viaja hoy a México, Ecuador, Colombia y Panamá acompañado por miembros de su gabinete y policía para seguridad para reunirse con líderes de esos países y conocer más de cerca qué llevó a miles a emigrar, al tiempo que presenta su impacto en Nueva York, y tratará de forjar alianzas para gestionar mejor la situación.
Sobre la advertencia del Departamento de Estado de EEUU que considera a Colombia peligroso, Adams reconoció que existe un «riesgo real» para su seguridad pero dijo que confía en la protección de la policía de la ciudad.
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