La alerta de tsunami en El Caribe: una llamada de atención para la República Dominicana
Un terremoto de magnitud 7.6 cerca de las Islas Caimán activó alertas de tsunami en el Caribe, incluyendo la República Dominicana, generando interrogantes sobre la preparación del país.
Actualizado: 22 de Julio, 2025, 07:32 PM
Publicado: 18 de Febrero, 2025, 09:54 AM
Santo Domingo.– Santo Domingo.- El pasado 8 de febrero, un terremoto de magnitud 7.6 en la escala de Richter, registrado cerca de las Islas Caimán, activó la alerta de tsunami en los países del Caribe.
Aunque el peligro no se materializó, la alarma fue emitida para varias naciones, incluyendo la República Dominicana. Esto generó interrogantes sobre la preparación del país para enfrentar estos fenómenos naturales.
¿Qué es un tsunami y qué lo provoca?
Un tsunami puede ser la consecuencia de un terremoto de gran magnitud, especialmente si ocurre en el océano y con un desplazamiento vertical del fondo marino.
El evento sísmico de 7.6 grados ocurrido en el Mar Caribe cumplió varios de los requisitos que pueden generar un tsunami. Estos incluyen la magnitud del temblor y su epicentro bajo el agua. La profundidad del terremoto, en este caso de 33 kilómetros, y el tipo de desplazamiento tectónico, horizontal y no vertical, fueron factores determinantes para que la alerta no fuera efectiva.
El protocolo de alerta: ¿Cómo responde el país?

El Centro de Operaciones de Emergencia (COE), activando el protocolo establecido, emitió una alerta amarilla para las costas del país. Esta alerta se activa ante terremotos con epicentros en el Mar Caribe o el Atlántico y magnitudes que oscilan entre 6.5 y 8.4. En este caso, la alerta se declaró cuando el sismo tuvo lugar a más de 1,000 kilómetros de distancia.
Según el director del COE, Juan Manuel Méndez, la emisión de alertas sigue un proceso técnico. Esto involucra a instituciones como el Instituto Dominicano de Meteorología (INDOMEP) y el Centro de Tsunamis del Pacífico.
Para emitir una alerta, los expertos revisan factores como la profundidad del terremoto y el tipo de desplazamiento tectónico, entre otros.
¿Está el país preparado para enfrentar un tsunami?
Pese a los esfuerzos del COE y la preparación de planes de contingencia, Méndez reconoce que el país aún no está completamente preparado para hacer frente a una emergencia de tsunami. Aunque se realizan simulacros y cuentan con la cooperación de países como Puerto Rico, existen áreas de mejora. Específicamente en la educación y la señalización de rutas de evacuación.
Actualmente República Dominicana no cuenta con sistemas de alarma en zonas costeras, como los que existen en otros países. Para mejorar la respuesta ante un desastre, el COE destaca la importancia de realizar estudios más profundos sobre los riesgos específicos de cada región costera.
Medidas que debe tomar la población
Ante la amenaza de un tsunami, especialistas sugieren que la población siga ciertos protocolos. Si se siente un movimiento sísmico fuerte en una zona costera, la recomendación es dirigirse inmediatamente a tierra firme, preferiblemente a edificios altos o áreas más elevadas.
En las principales ciudades costeras, como Santo Domingo, es vital que los ciudadanos conozcan las rutas de evacuación que deben seguir para ponerse a salvo.
Además, los expertos insisten en la importancia de tener un plan de emergencia familiar y un kit de evacuación listo. La educación de la población es fundamental. El conocimiento de las rutas de evacuación y de las medidas de seguridad puede marcar la diferencia en una situación de emergencia.
Lecciones de otros países y la necesidad de invertir en investigación
El tsunami de Sumatra en 2004, que dejó miles de víctimas debido a la falta de alertas, y el terremoto de Chile en 2010, donde la alerta fue retirada prematuramente, sirven de lecciones para la República Dominicana. La falta de una respuesta adecuada en estos casos subraya la importancia de contar con un sistema científico robusto. También, una comunicación eficaz en caso de desastres naturales.
La alerta de tsunami del pasado 8 de febrero dejó claro que, aunque se cuenta con protocolos establecidos y se han realizado avances en la preparación, aún hay trabajo por hacer. Es necesario avanzar en términos de educación, infraestructura y sistemas de alerta.
La población debe estar consciente de los riesgos sísmicos y tomar las medidas necesarias para protegerse. Mientras tanto, las autoridades deben continuar mejorando los sistemas de respuesta y comunicación para garantizar la seguridad de todos.

