Estuve escuchando a Andrés Bautista, reconocido líder nacional e imputado en el caso de Odebrecht, en una entrevista por TV. Su rostro sereno y mirada suave proyectaban paz y credibilidad; sus actitudes y acciones, eran las mismas de siempre, sin pose, como si su íntimo sentir fuera tranquilidad espiritual.
Es posible que su equilibrio emocional surja de ser un auténtico campesino; eso le permite manejar con naturalidad y paciencia, los reveses y bofetadas de la vida. Andrés nació en El Caimito, un campo de Moca, Provincia Espaillat, en el seno de un hogar holgado, económicamente; que enarbolaba la bandera de la honestidad, trabajo, respeto y labrar la tierra sin descanso; enseñando firmes y sanos valores en el diario vivir. En ese núcleo de afectos se formó, aprendiendo con sus padres a labrar la tierra.
Andrés estudió Derecho, Avicultura, Porcicultura, etc., en universidades nacionales e internacionales; ama la producción agrícola. En el sector agropecuario a nivel nacional, ocupó trascendentales posiciones. Para ampliar la cobertura de estos servicios y comprendiendo la importancia del quehacer político en el destino de los pueblos, ingreso a un partido político. Por sus méritos y habilidades, ocupó funciones importantes, llegando a ser en cuatro oportunidades senador y presidente del Senado de la República.
Hoy, está incluido en la lista de imputados de corrupción por sobornos pagados por Odebrecht. Indiscutiblemente, su perfil no encaja con esta imputación. Esperemos la decisión de los jueces; ellos saben que de los escenarios políticos pueden presentarse todo tipo de actuaciones y acusaciones. La población está atenta. El ministerio público, además de los hechos en sí, por los que juzga, sería más objetivo si conocieran las raíces, los orígenes del imputado, de la vida personal y profesional, de las pruebas que lo liberan; está obligado a tomarlas en cuenta.
Debemos ayudar a la justicia a ser justa, para que no siga enviando mensajes negativos a la sociedad: castigando honestos, restándole entusiasmo a los que se empeñan en seguir adelante en buena lid; archivando expedientes cuestionables o dando un no a lugar, a personalidades conocidas. En el caso de Andrés, tiene la oportunidad de demostrar que es objetiva en el desempeño de su misión. También hay que observar el comportamiento de los imputados. Pocos son los que en una entrevista respondan con ecuanimidad, sobre los diversos temas: políticos, económicos, sociales, agropecuario y solo se emociona al hablar de granja, producción de ganado, cerdos, de cómo combatir fiebre porcina, etc.., como si la acusación de corrupción le esté restando tiempo para dedicarse al desarrollo de la agropecuaria y de contribuir al bienestar social; mientras otros solo viven conceptualizando, viajando, llevando vida de millonarios.
Todo parece indicar, que Andrés no es de los que se involucran, conscientemente, en eventos que le resten tranquilidad en su quehacer como campesino, ni a su paz espiritual ni a la de su familia. Como dijo uno de los periodistas al terminar de entrevistarlo “es buen tipo”. Bueno, así también lo percibo y ¡mi olfato de campesina no falla!