Desde Sodosísmica, sus directivos destacan que la mejor enseñanza de este evento es la urgente necesidad de actuar.
A 20 años del terremoto que sacudió Puerto Plata, el 22 de septiembre de 2003, la Sociedad Dominicana de Sismología en Ingeniería Sísmica (SODOSÍSMICA), reiteró el llamado urgente a reforzar las estructuras esenciales del país, especialmente escuelas, hospitales y oficinas públicas, para que sean sismorresistentes.
El sismo, de magnitud 6.4 Mw, ocurrió a las 12:45 de la madrugada, a solo 2 kilómetros al sureste de Puerto Plata y a una profundidad de 10 kilómetros, con origen en la zona de subducción norte de la isla.
Esta zona ha sido responsable de varios grandes terremotos a lo largo del siglo XX, incluyendo los de 1946, 1948 y 1953.
Aunque el evento se registró en horas de la madrugada y evitó una tragedia mayor, dejó en evidencia la alta vulnerabilidad sísmica de muchas construcciones en el país.
Las provincias de Puerto Plata y Santiago fueron las más impactadas, aunque el sismo también se sintió en Haití. Si hubiera ocurrido en horario escolar o laboral, cientos de vidas se habrían puesto en riesgo.
Los daños estructurales fueron significativos. Resultaron afectadas infraestructuras clave como el Liceo José Dubeau, el Liceo Urbano Gilbert "La Reforma", la Escuela Virginia Elena Ortea y el Hospital Ricardo Limardo, obligando a reubicar a miles de estudiantes y pacientes.
Otros edificios dañados fueron el Banco de Reservas, la Catedral San Felipe Apóstol, el mercado municipal y el muelle de Puerto Plata. En Santiago, la Ferretería Bellón y el Multicentro La Sirena también sufrieron daños. Además, se reportaron afectaciones en viviendas y calles de acceso, así como interrupciones en el servicio eléctrico.
El terremoto provocó la muerte de al menos tres personas y dejó más de 15 heridos, de acuerdo con el USGS. Cientos de réplicas generaron temor en la población, que durante varios días durmió en parques y espacios abiertos.
Según la NOAA, las pérdidas económicas fueron estimadas entre 5 y 25 millones de dólares. Pero más allá de los daños, el sismo de 2003 se convirtió en un punto de inflexión para evaluar la resistencia sísmica de las construcciones en el país.
Desde SODOSÍSMICA, sus directivos: Héctor O'Reilly (Presidente), Juan Chalas (Secretario), Romeo Llinás y Ashley Morales, destacan que la mejor enseñanza de este evento es la urgente necesidad de actuar. Proponen:
|- Aplicar y fiscalizar las normas sísmicas vigentes.
|- Evaluar edificaciones públicas masivas: escuelas, hospitales, oficinas.
Reforzar estructuralmente (retrofit) los edificios vulnerables.
Promover la evaluación y adecuación de estructuras privadas de gran concurrencia: plazas, cines, bancos y clínicas.