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Ante el anuncio de otra guerra, que puede ser la última

El pueblo dominicano libró, en abril de 1965, una guerra justa contra la intervención norteamericana.

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I.- Explicación de las guerras

1.- La humanidad entera, o parte de ella, en estos momentos se encuentra en estado de excitación nerviosa, por las reiteradas informaciones  que recibe con relación a los anunciados aprestos de guerra que, como es natural, crean intranquilidad hasta en las personas más calmadas.

2.- Ha sido una preocupación nuestra que la opinión pública nacional dominicana se mantenga, dentro de lo posible, informada  de lo que es y significa la guerra.

3.- Con motivo de una comunicación  que nos remitió un ciudadano dominicano, el día  23 de mayo de 1983, en torno a la guerra, le dimos respuesta mediante un artículo que publicamos  en el periódico El Nacional, de fecha 30 de mayo de 1983, en la página 8, aclarándole el criterio que sostenemos sobre la guerra, precisándole, entre otros puntos, lo siguiente:

a.-   Entre la guerra justa y la injusta, en todo el curso de la humanidad, desde que la sociedad se dividió en clases sociales y surgió el fenómeno de la guerra, han existido las guerras justas y las injustas.

b.- Una guerra justa fue la que llevaron a cabo los esclavos contra los esclavistas.  Lo mismo se puede decir de todas las guerras que libraron los pueblos de América Latina y el Caribe, para lograr su independencia del colonialismo español, inglés y francés, y justas son también todas las guerras de liberación que, más temprano o más tarde, librarán los pueblos de América Latina y el Caribe para liberarse de la dominación que ejercen los intereses monopolistas norteamericanos.

c.-  El pueblo de Vietnam llevó a cabo una guerra justa  contra los intereses monopolistas norteamericanos que pretendían  sojuzgarlo. El pueblo dominicano libró, en abril de 1965, una guerra justa contra la intervención norteamericana.

d.- Así como hay guerras justas, también las hay injustas. Las guerras justas son las guerras de liberación, las que hacen los pueblos contra sus opresores, y las guerras injustas, las de los colonialistas, de los imperialistas; las guerras de saqueo y pillaje; guerras injustas son, en fin, las de agresión y explotación, como la mantienen los intereses  del imperio contra Cuba, Nicaragua, Venezuela y  todos los pueblos que se levantan para romper las cadenas de la opresión.

II.- Es de justicia luchar por la paz

4.- La lucha por una paz justa y duradera, debe ser  un objetivo a perseguir por todas las personas, sin importar  el lugar donde se encuentren. En ese orden, es correcto promover  acuerdos que tengan por finalidad la congelación de la fabricación y uso de las armas nucleares, así como la eliminación de todas las armas; el establecimiento y ampliación de zonas desnuclearizadas.

5.- Siempre serán pocos los esfuerzos que se hagan para llevar a la opinión pública mundial  a tomar conciencia  del peligro que representan las acciones o el desarrollo de las guerras.

6.- En un encuentro efectuado en  Bulgaria, en el cual participamos  en el año 1983,  como miembro del Comité Dominicano de la Paz, y miembro de la Presidencia del Consejo Mundial de la Paz,  intervenimos en el curso de un diálogo en el que expusimos que revertir la carrera armamentista significa negociar y aplicar medidas  en el terreno de los presupuestos militares, las zonas desnuclearizadas, los ensayos nucleares, las bases militares y su proliferación.

7.- Precisamente ahora, cuando se anuncia como inminente una guerra, nos sentimos motivados a transcribir  lo que expusimos  hace casi 40 años, en el sentido de que: por una paz justa y duradera, estamos en el deber de levantar la voz, reclamando  un mundo  sin armas nucleares, porque  de todos los astros que giran alrededor del sol, solo la tierra, nuestro bien común, abriga la vida. Depende de nuestra vigilancia colectiva  que conservemos este precioso bien, este privilegio.

Ideas finales

8.- Es un deber de las personas que se sienten comprometidas con el bienestar material y espiritual de la humanidad, no solamente explicar las razones contra las guerras injustas, sino accionar para que no se lleven a cabo, principalmente animando a los hombres y a las mujeres sensibles para que se comporten militantes  frente a la guerra  y el armamentismo.

9.- Se impone, hoy y siempre, manifestar firme rechazo  a cualquier acción que se proponga  impulsar la carrera armamentista y los preparativos  de guerras injustas. Los enemigos de los pueblos estimulan el guerrerismo para saquear riquezas naturales y aniquilar  pueblos pacíficos.

10.- Por último, es bueno recordarles a los que se identifican con la guerra nuclear, que en este tipo de conflagración,  no  hay vencidos ni vencedores. La humanidad entera pierde.

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