Bogotá. – El Gobierno colombiano anunció este martes medidas para reducir el consumo de agua en Bogotá y sus alrededores, donde los embalses siguen bajando ante la escasez de lluvias, entre ellas cobrar más si no se alcanzan los objetivos de ahorro y reducir los topes de consumo.
La ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, explicó que el suministro de agua en el embalse de Chuza, uno de los que abastece a la capital colombiana, se está agotando -está entre el 38 y el 44 % según el Ministerio- y si se sigue con este ritmo de consumo, no tendrá suficiente para afrontar la temporada seca.
Por eso, a partir de octubre se necesita ahorrar tres metros cúbicos de agua por segundo para «asegurar el suministro hasta diciembre y enfrentar la temporada seca que inicia en enero de 2025 y «por cada metro cúbico no ahorrado, se cobrará el doble del costo actual».
La Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento (CRA) establecerá medidas tarifarias en el consumo y castigará con incrementos en las facturas de hasta el doble por metro cúbico a aquellos que sobrepasen el consumo del mínimo promedio establecido, indicó la cartera de Ambiente.
«Si nosotros llegamos a diciembre con un embalse en un 22 % (en referencia al de Chuza), no hay suficiente capacidad para garantizar que las reservas sean suficientes para sobrepasar el periodo de temporada de seco. En los próximos meses lo que viene es un control de la demanda», dijo Muhamad.
Además, «se actualizarán los planes de contingencia y se reducirán los topes de consumo», mientras que las autoridades ambientales harán una «vigilancia del sobreconsumo y el manejo de concesiones».
Según la directora del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), Ghisliane Echeverry, las lluvias que se esperan para la región de la Orinoquía, particularmente para el embalse de Chuza, tendrán una reducción en septiembre y condiciones muy similares a los promedios en los meses siguientes.
En abril pasado la Alcaldía de Bogotá anunció medidas de racionamiento de agua para enfrentar la sequía de los embalses que abastecen a la capital y sus alrededores, pero desde entonces no ha llovido tanto como se esperaba por el fenómeno de La Niña, que se creía iba a dejar fuertes precipitaciones en el país.
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