REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Una buena práctica es clasificar nuestros gastos en distintas categorías, y a partir de ello hacer un presupuesto que sea realista y adaptado a nuestro propio patrón de gastos.
Muchas personas cuentan con un ingreso fijo y periódico. Es decir, saben exactamente cuánto dinero van a recibir la siguiente quincena, mes o semana, dependiendo el caso. Aun así, les cuesta muchísimo trabajo mantener un orden en sus finanzas personales: ahorrar o seguir un presupuesto, lo que termina siendo un problema al final de su periodo de pago, pues ya no tienen dinero o incluso están en números rojos.
Existen algunas estrategias de planeación financiera que pueden ser muy útiles y perfectamente aplicables a quienes, por más que intentan, no logran seguir su propio plan financiero.
Aunque hemos recomendado en este espacio que una buena práctica es clasificar nuestros gastos en distintas categorías, y a partir de ello hacer un presupuesto que sea realista y adaptado a nuestro propio patrón de gastos, lo cierto es que a muchas personas se les dificulta.
¿Por qué no pensar, entonces, en hacer un presupuesto mucho más simple, que sólo tenga unas cuantas categorías y que no requiera un registro de nuestros gastos?
Podríamos hacer un presupuesto con sólo cinco categorías como se muestra a continuación:
Su implementación sería muy sencilla. Pero necesitamos, además de la cuenta donde recibimos nuestra nómina, otras cuatro cuentas de la siguiente manera:
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